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‘Detritus’, la belleza a pesar de todo, en la Ganbara del KM

‘Detritus’, la belleza a pesar de todo, en la Ganbara del KMFoto: Gorka Estrada

Detritus es el pseudónimo con el que se dio a conocer en la década de los 80 el pintor y diseñador gráfico Florentino Arámburu (Donostia, 1964). Ganador del Certamen de Noveles del 91, tras su estancia en EEUU y Madrid vuelve a aparecer con esta muestra multidisciplinar (pintura, dibujo, collage, cartel, libros de autor) en la Ganbara del Koldo Mitxelena donostiarra.

Nacido culturalmente en las décadas del rock radical, el movimiento okupa, insumisos y luchas alternativas, crea un arte mixto entre la pintura y la literatura (Ciorán, Panero), a caballo entre el arte bruto y el povera, el punk y el gótico, y que bien puede englobarse en el expresionismo figurativo de los 80.

Detritus, poseedor de una línea de dibujo suelta y quebradiza, traza sobre el plano (cartón, papel, lienzo, madera) espacios alternativos en los que mezcla imágenes potentes y crudas, con textos que las complementan y enriquecen, formando un todo de raigambre gótico-dadaísta. El texto y la tipografía forman parte del todo en el que se ensamblan y al que enriquecen como una ilustración complementaria: In memoriam Ciorán (1995), Spirituals atributes (97), Escrúpulo (97), El irresoluto (2005), Ejercicios para reconciliarse con la vida (2008), Ecce Homo (2008), En el reclinatorio, In memoriam Panero (2014), son sus obras pictóricas más potentes y significativas. Abunda más el color que en etapas anteriores y salen enriquecidas sus propuestas pictóricas. El desnudo masculino y femenino, de marcado acento expresivo, aparece como una de sus constantes en muchas de sus obras.

El mismo concepto texto-imagen usa Arámburu en la cartelería sobre temática social y de movimientos alternativos, aunque poseen un concepto espacial más farragoso y descompuesto que en sus pinturas, debido probablemente a su propio cometido.

Los libros de autor, que exigen guantes para ser manipulados, denotan el lado Chik- punki de casi todas sus propuestas alternativas. Detritus sigue siendo un rara avis, perfumado e indie, que es capaz de aunar cómic y pintura underground, literatura y pintura, pintura y movimientos alternativos. Todo un revuelto, poderoso, corrosivo, y muy expresivo.