donostia - Si alguien dice que ha creado una colección de ropa que tiene como base medusas y otros animales marinos, es difícil imaginar algo que vaya más allá de un disfraz. Por eso, cuando la diseñadora donostiarra Isabel Zapardiez explica que las piezas de su exposición Marejada nacen de un recuerdo de su infancia, de cuando observaba las medusas, uno no espera encontrarse con vestidos tan elegantes y sofisticados como los que se pueden contemplar hasta el 7 de enero en la sala Nautilus del Aquarium de la capital guipuzcoana.
La selección de poco más de una decena de vestidos de fiesta y de novia, presentada en mayo en la Pasarela Gaudí, se expone en una sala en la que todos los detalles ayudan a que los diseños se encuentren en su hábitat natural, con los peces visibles al fondo. En las piezas de Zapardiez, predominan las medusas, su mayor fuente de inspiración, aunque también ha utilizado otros elementos como las olas o los corales. “Siempre he fantaseado con esta idea”, confesó ayer la diseñadora, horas antes de la inauguración, mientras daba un último vistazo a su colección, en la que predomina el color blanco y tienen protagonismo las transparencias.
“La sensación de ese movimiento limpio me ha perseguido siempre, y he intentado transmitir eso, canalizar mis emociones”, afirmó Zapardiez, quien agregó que más allá de crear vestidos utilizables en el día a día, ha buscado investigar con materiales y “aportar algo estéticamente”.
La pieza que recibe al visitante en Marejada es un vestido inspirado en las olas, de un color azul muy suave, “el que debería tener el agua cuando no está contaminada”. Además, su escote trasero emula las ondulaciones del mar. Al lado se encuentra un vestido que claramente pretende ser una estrella de mar, creada con doce metros de tul, “sin cortarlos ni una sola vez”, aseguró la diseñadora. También ha jugado con bordados, encajes y plumas en otros para dar sensación de corales, burbujas, e incluso de la piel de un caballito de mar.
Quizá una de las piezas que más llama la atención es la que adquiere forma de medusa. “Al moverse, toda la tela del vestido se mueve y crea una sensación de globo que recuerda a este animal”, explicó una creadora que ha logrado desfilar en Nueva York y que destacó que para conseguir todo ese movimiento en sus vestidos, ha tenido que trabajar con grandes cantidades de tela. También ha contado con largas capas con transparencias, a fin de conseguir el efecto de movimiento.
más que unos vestidos Aunque los protagonistas de la muestra son los vestidos, la diseñadora declaró que se trata de “una exposición multidisciplinar”. En primer lugar, cada prenda luce al lado de la fotografía de una modelo con ella puesta y un pequeño texto que explica el porqué del diseño. Los autores de las imágenes son Javier Villabeitia y Eneritz Medina. La exposición también tiene una melodía grabada, que ha corrido a cargo de la soprano Elena Barbé.
Además, la instalación de la muestra ha sido realizada por la agencia Patio Comunicación. “Sobre todo hemos utilizado una especie de globos de plásticos -agregó Patxi Zapirain, director creativo ejecutivo-. A pesar de utilizar un material que ensucia el mar, ha quedado maravilloso”.
Además, Marejada tiene también su vertiente gastronómica, ya que Miguel Santamaría ha creado un pintxo del mismo nombre, a la venta en el cercano Restaurante Bokado.