madrid - El terrorista más buscado de El Príncipe, Samy Khlalil (Abdu, en la serie), hijo de madre asturiana y padre palestino, es en realidad un joven comprometido e inteligente que invita al mundo a no quedarse en la superficie de sus ojos azules, sino a conocerle mejor “a través de ellos”. Su mirada celeste, un cebo para la cámara, compite con la de otros reyes de la seducción en la serie El Príncipe, cuyos nuevos capítulos se empezaron a rodar a principios de agosto, como Rubén Cortada y Álex González, aunque cada uno tiene su estilo: “Los seguidores dicen que Álex representa la belleza española, Rubén la latina y yo el exotismo árabe”, dice.
El actor, de 24 años, ha participado en las obras de teatro Fuenteovejuna y El señor de las moscas, esta última una adaptación de la novela homónima de William Golding; en la versión teatral Samy Khalil da vida al malvado Jack Merridew, la encarnación “del odio” que pone en entredicho la afirmación de Rousseau de que “el hombre es bueno por naturaleza”. “Entiendo la vida de otra manera después de hacer esta obra”, una demostración literaria de los límites del ser humano en un contexto salvaje, afirma Samy Khlalil, un medio palestino que mira con tristeza el “asedio” de Israel contra la franja de Gaza. - Efe