DONOSTIA - El antiguo líder de la banda fundada en 1969 recuerda muy bien su última visita a Donostia. Fue hace seis años en el Auditorio Kursaal, al que regresará mañana a las 21.00 horas. Dice que el País Vasco le parece "hermoso" y lo define como "una especie de secreto muy bien guardado". "Me encantaría pasar más tiempo explorando toda la increíble belleza y las magníficas personas de esa región", asegura el músico británico. Según añade, aunque mucha gente en el Estado español no habla inglés, "conecta con el espíritu" de sus canciones "con mucha fuerza". "Son gente muy emocional y apasionada que en los últimos años está pasando momentos difíciles. Rezo para que eso haga a la gente más fuerte", desea.

En su última gira actuó acompañado únicamente por el saxofonista Aaron MacDonald. ¿Esta vez?

-Esta vez traigo una banda increíble. A menudo escucho a la gente decir: "Wow, suenan como Supertramp". Y es así como me siento con un grupo que hace una increíble justicia a las canciones que escribí y grabé con Supertramp. Aún suenan frescos y mantienen una maestría musical de primera clase. Lo pasamos genial sobre el escenario y esa alegría es muy contagiosa.

Su último álbum fue un disco en vivo, 'Classics Live' (2010)...

-Me decidí a hacer un nuevo disco porque la gente dice que ahora estoy cantando mejor que nunca. Así que grabé canciones durante mi gira mundial y elegí las mejores versiones de todas partes del mundo.

Por supuesto, el álbum incluye casi todos sus éxitos con Supertramp. ¿Es usted una persona nostálgica?

-No, solo soy un artista que quiere dar a la audiencia la mejor experiencia que pueda tener. Son canciones con las que la gente tiene una conexión muy fuerte y no suenan viejas ni para mí ni para el público. Aún suenan actuales y relevantes: me gusta mucho cantarlas y el público aún quiere escucharlas. A veces, cuando las interpreto, veo sonrisas y lágrimas en los rostros de las gente, seguramente porque traen a su memoria recuerdos muy intensos y maravillosos. Poder ofrecer eso a la gente es precioso y estoy muy agradecido por ello. De todos modos, suelo equilibrar el repertorio con algunas canciones de mi carrera en solitario y con una o dos inéditas.

¿Sigue escribiendo canciones?

-Sí, tengo unas 60 o 70 inéditas pero aunque aún puedo escribir canciones, estoy en una fase de la vida en la que me parece más importante actuar en directo y conectar con la gente. Prefiero dar un poco de mi amor y pasión a las personas que pasar seis meses de mi vida en un estudio de grabación para hacer un disco que la gente puede escuchar o no.

Pero en los conciertos se centra en los temas de Supertramp. Hay quien puede reprocharle que vive usted más cómodo en el pasado...

-Aunque mucha gente piensa en ellas como canciones de Supertramp, lo cierto es que para mí son muy personales y las escribí cuando estaba solo y necesitaba expresar algo muy fuerte. Por eso, cuando comparto esos temas, toco el corazón de muchas personas con emociones que ellos han sentido también. Mucha gente me dice eso en mi libro de visitas y en Facebook...

¿Y qué siente al cantar himnos como 'Give a Little Bit', 'The Logical Song' o 'Dreamer' tantos años después?

-Es maravilloso tener una colección de canciones que han resistido tan bien el paso del tiempo. Para mí , son como viejos amigos. Son pedazos de mi corazón y experiencias vitales que puse en esas canciones. Me traen buenos recuerdos de los tiempos de Supertramp pero, a decir verdad, la conexión que hoy tengo con mi público en los conciertos me trae aún mejores recuerdos.

Han pasado 45 años de la fundación de Supertramp. ¿No sería un buen momento para reunir al grupo?

-Ya no creo que una reunión de Supertramp sea posible. Lo intenté en 2010 cuando Rick (Davies) salió de gira, porque sé que a muchos fans les gustaría vernos de nuevo, pero él rechazó la oferta. De todos modos, prefiero que la gente se quede con el maravilloso recuerdo de la banda que fuimos. Si volviéramos, debería ser por motivos distintos a los financieros, y no estoy seguro de que existan esos motivos. La conexión que tengo ahora con el público es profunda y maravillosa. Muchos seguidores y críticos me dicen que en mis shows sienten aquello que amaban de los conciertos de Supertramp. La diferencia es que yo no mantengo el nombre de la banda.

Al escuchar sus temas es obvio que usted ha sido un gran fabricante de 'hits'. ¿Cómo se construye un éxito?

-No pienso en mis canciones como éxitos o no éxitos. Todas son piezas de mi corazón y experiencias de vida. Fueron escritas cuando sentía algo muy fuerte que tenía que expresar. El modo más cómodo que encontré fue la música y esas canciones, que son muy autobiográficas. Hide in Your Shell la escribí cuando era muy joven, inseguro, tímido y sensible, tenía miedo de mostrar al mundo cómo me sentía realmente. Por otro lado, The Logical Song refleja las dudas que tenía entonces sobre quién era por lo que me habían contado y sobre quién era por mis circunstancias, mi educación y la escuela.

¿Y 'Dreamer' y 'Give a Little Bit'?

-Dreamer habla de mí, que siempre ha sido un soñador, especialmente de joven, y Give a Little Bit refleja lo que trato de hacer todos los días, dentro y fuera del escenario. Realmente, creo en tratar de servir a la vida y a Dios en todo lo que pueda y eso es lo que me mantiene fuerte y me hace superar los rigores de los viajes para dar un poco de mi amor y mi corazón a la audiencia. Mi manera de tratar de hacer de este mundo algo un poquito mejor es traer un rayo de esperanza a la vida de alguien.

¿Cuáles son sus prioridades en la música?

-Cuando salgo al escenario, voy de gira, vuelvo a casa o lo que sea, lo importante es lo que está pasando dentro de mí, no el aplauso o el éxito o los discos de oro o el dinero. Lo importante es mi brújula espiritual, estar vivo y sólido dentro de mí.

¿Por qué motivo lo dejaría?

-El día que me canse de cantar esas canciones, dejaré las giras, pero ese día no ha llegado. Todas las noches disfruto cantando cada uno de esos temas y soy feliz porque han resistido tan bien el paso del tiempo.

¿Algún plan para el futuro?

-Tengo la intención de seguir de gira todo el tiempo que me sienta bien para hacerlo. Estoy en un momento de mi vida en que mi corazón me guía para viajar y ofrecer mis dotes musicales al mundo. A menudo es una forma de vida agotadora y que, sin duda, se cobra su peaje en el cuerpo, pero ver al público marcharse a casa con una sonrisa es la recompensa que me mantiene en marcha. Es mi manera de dar un poco de mi corazón a la vida.