"En la izquierda abertzale hay diferentes visiones y enfrentamientos"
Ander Iriarte presenta 'Echeverriatik Etxeberriara', un documental sobre la importancia de la violencia en ese mundo
Donostia - En 1975, solo cuatro días después de la muerte de Franco, ETA asesinaba de un tiro al alcalde de Oiartzun, Antonio Echevarría. Su apellido, unido al de Rufi Etxeberria, también oiartzuarra e histórico dirigente que 35 años después confirmó la oposición de la izquierda abertzale a la violencia, han dado lugar a un juego de palabras: el empleado por Ander Iriarte (Oiartzun, 1986) para titular su primer largo documental.
Echevarriatik Etxeberriara, que se proyectará hoy en el Festival de Cine y Derechos Humanos, es el trabajo de fin de estudios de Iriarte. Tras cursar Bellas Artes y Cine en la Escuela de Cataluña, donde ha vivido ocho años, el alto el fuego permanente de ETA le animó a presentar el proyecto subtitulado Oiartzun: crónicas de un pueblo que ha convivido con la violencia, entendida esta en todas sus formas: la de ETA, la policial, la política...
En el filme han participado vecinos de Oiartzun, algunos de ellos figuras relevantes de la política que se definen como "de izquierdas y abertzales". Sus diferentes puntos de vista pretenden "indagar en la importancia que ha tenido la violencia" en ese mundo, para lo cual Iriarte ha convertido Oiartzun en "espejo de algo más grande". Su tesis principal es que en "una realidad tan acotada" y en "un margen ideológico tan pequeño" hay "diferentes puntos de vista". De hecho, al mostrar la película en Barcelona, sus amigos se sorprendieron "del enfrentamiento y la división que existe en un grupo que, por fuera, parece solo uno" pero que es plural.
No obstante, reconoce que cierta gente pensará que el objetivo de su trabajo no es sino "justificar la historia de la izquierda abertzale", algo que él rechaza. "Intento entender, no justificar lo que ha pasado. Hay muchas historias de la izquierda abertzale y a mí, por ejemplo, me inquieta que algunos lo hayan dejado todo por una militancia sin ánimo lucrativo y que la mayor parte de las veces termina con la muerte o la cárcel. ¿Por qué ellos sí y yo no?", se pregunta Iriarte, que en el filme deja clara tanto su pertenencia a la izquierda abertzale como su postura contraria a la violencia.
Y es que el director ha optado por la subjetividad plena en una película guiada por su voz en off y sus propias opiniones: "Lo he hecho así para que no puedan acusarme de imparcial o manipulador y para proteger a los que he entrevistado". A su juicio, deberían hacerse "miles de documentales" para "mirar atrás sin dejar fuera ninguna voz", pues "todas las versiones merecen ser escuchadas".
Testimonios El director ha recogido, además de la de Rufi Etxeberria y otros, las opiniones de Ixiar Galardi, que aunque la película no lo menciona, cumplió 20 años de prisión por el asesinato en 1981 del policía Leopoldo García Martín; Lide Martiarena, profesora e hija y esposa de otros integrantes de ETA; el miembro de Aralar, Joseba Errekalde; el exconcejal de EA Joxe Mari Mitxelena, único amenazado de Oiartzun que no ha sido asesinado después de encontrar un gato negro muerto en la puerta de su casa; y Joxe Iriarte, Bikila, que en los años 60 militó en ETA para después pasar a movimientos como LKI, Zutik o Gorripidea. Además, es el padre de Ander Iriarte, que también ha contado con la ayuda de dos expertos ajenos a Oiartzun que le han ayudado a contextualizar el tema: el antropólogo Joseba Zulaika, vasco emigrado a Estados Unidos, y el profesor de la UPV Ludger Mees, alemán venido a Eskal Herria.
Destacan momentos como el de Galardi, hoy portavoz del colectivo de presos, justificando el recurso a la violencia si un pueblo es "pisoteado", o el de Errekalde recordando cómo su antigua amiga dejó de saludarle por su militancia en Aralar. En general, hay poco espacio para la autocrítica y las preguntas incómodas, aunque hacia el final, el director pregunta a la alcaldesa de Oiartzun, Aiora Pérez San Román, si el pueblo podrá lucir algún día una placa en recuerdo del alcalde franquista Antonio Echevarría. "Menuda pregunta, majo", responde la primera edil, que tras pensarlo unos segundos asegura que la resolución del conflicto pasa por reconocer a todas las víctimas.
"Algún día tendremos que reconocer lo que se ha hecho en el pueblo y ojalá en el futuro tengamos otras placas como las que recuerdan a los muertos por torturas", aseguró Iriarte en alusión a Echevarría. A juicio del realizador oiartzuarra, "algo ha cambiado" para que personas que militan en diferentes espectros de la izquierda abertzale se presten a aparecer juntas en un documental.
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