Rosa Montero ahonda en los dictadores europeos a través de sus mujeres
La escritora publica el libro 'dictadoras. las mujeres de los hombres más despiadados de la historia'
MADRID. La forma en la que dictadores como Stalin, Hitler, Mussolini y Franco trataron a las mujeres que les rodearon durante su vida tiene una continuidad clarísima en sus dictaduras, en opinión de Rosa Montero, autora de Dictadoras. Las mujeres de los hombres más despiadados de la historia. Publicado por Lumen, el libro es un "volcado" del programa de televisión que Rosa Montero rodó hace tres años junto al productor argentino Eliseo Álvarez.
El estudio de estas mujeres permite ver "de una manera perfecta y distinta lo que es una dictadura. Hay una continuidad perfecta en cómo tratan a las mujeres y en sus dictaduras. Mussolini decía cosas como que el pueblo y las mujeres están hechos para ser violados, y era literal, pues él era un violador".
Al enfrentarse a las mujeres de los cuatro dictadores europeos, Montero parte de la base de que "Franco es de otra liga completamente distinta. Los otros son tremendamente mujeriegos, incluso Hitler, que tenía problemas sexuales. Cultivaban además la mitificación de la mujer hacia ellos, como uno de los registros con los que podían imponer su fuerza socialmente". Stalin, Hitler y Mussolini tuvieron muchas enamoradas personales, fueron muy mujeriegos y, en realidad, no prestaron ninguna atención a las mujeres, las utilizaban para sus fines: "Fueron unos psicópatas incapaces de ver al otro".
Otra condición de los tres dictadores "es que son medio pedófilos. Les encantan las niñas pequeñas", como demuestra el hecho de que Stalin tuvo hijos con una niña de trece años, mientras que Hitler y Mussolini tuvieron relaciones con menores. "Fíjate si serán perversos que a todos ellos les han perseguidos mujeres que se han suicidado o se han intentado suicidar, lo que refleja el tipo de relación que establecían con ellas", declaró la autora.
Frente a los anteriores se sitúa Franco, un hombre "absolutamente cero mujeriego, un meapilas. A diferencia de los otros, no va de hombre carismático sino de invisible, de que no le vean. Fue maltratado por su padre de pequeño, había hecho el ridículo en la escuela, todo el mundo se reía de él con su voz aflautada. Era un renacuajo". También, al contrario de los demás, su mujer tuvo una importancia capital en la vida de Franco y en la dictadura. "Yo creo, y Paul Preston avanza la teoría, que tal vez sin la existencia de Carmen Franco no hubiera llegado a ser dictador. Ella impulsó su ambición como para vengarse de todos los oprobios recibidos".
Más en Cultura
-
El pensador Xabier Etxeberria Mauleón, natural de Arróniz, gana el Premio Eusko Ikaskuntza de Humanidades 2025
-
El Orfeón Donostiarra se rinde a los clásicos en Madrid y Donostia
-
Romeo y Julieta mueren de amor (pero cantando)
-
Un coro de mil niños se dará cita en la cantata infantil 'Logelan logale' de Euskadiko Orkestra