Kutxa Kultur Hiria cambiará la fisionomía de Donostia por dos días
el festival de calle albergará conciertos, talleres, espacios para jugar y mercados Como novedad, en esta segunda edición se eliminarán los escenarios y los grupos tocarán a pie de calle
DONOSTIA. Después del éxito cosechado por el Kutxa Kultur Hiria que tuvo lugar los días 22 y 23 de junio, sus responsables han decidido realizar una segunda edición, el sábado y el domingo, cuyo principal objetivo será sacar gente a la calle y pasar del individualismo a la colectividad.
En principio estaban programadas menos actividades que en junio pero en vista de la aceptación de la gente han querido mantener el mismo nivel y el festival contará con música en directo, distintos mercados, espacios para jugar y talleres, entre otros atractivos.
La iniciativa pretende ser un "festival de calle", que a través de distintas disciplinas artísticas haga ver de qué manera está cambiando la ciudad. Según comentó Sergio Cruzado, responsable de la promotora Ginmusica, "los valores y la forma de creación de los artistas está cambiando, ya que cada vez se vuelve más artesanal y de comunidad".
El eje del festival irá desde la plaza Gipuzkoa hasta la plaza Bilbao y comprenderá las calles transversales como Arrasate y San Marcial.
a pie de calle La principal novedad radica en la eliminación de los dos escenarios que se habían instalado en la anterior edición por ser el día de la música. Esta vez, los músicos actuarán a pie de calle para dar coherencia al mensaje que desean transmitir: demostrar que cualquier esquina es válida para que la música forme parte de la vida cotidiana de una ciudad.
Los grupos Alex Julian, Kulto Kultibo, El Extraño, Luke Amstrong & Charlie, Prim Lane y Deliz transformarán el fin de semana la calle Getaria en un club. Además, habrá Djs repartidos por todo el recorrido, entre otros, Ana Sinatra, Josemari, Goo Dj, Primo, Les Marines, Itzi, Maria Mugika y Nimu.
mercados Por otro lado, la creatividad estará desde el minuto cero en la calle Getaria, donde 40 tiendas de pop-up exhibirán y venderán sus diseños y obras de arte.
El mercado de segunda mano cobrará protagonismo en la plaza Bilbao, que apuesta por la sostenibilidad y es, según los organizadores, "la mejor forma de reciclaje".
También habrá pintura al aire libre e intervenciones artísticas de la mano de Saga 27, mientras que Edorta Subijana ofrecerá la exposición La Ciudad Invisible, una intervención en la ciudad mediante proyectos de arquitectura y urbanismo, en la calle Arrasate.
Kutxa Kultur Moda también tendrá su espacio en la calle San Marcial cuyo objetivo es demostrar que detrás de la moda hay mucho trabajo y creatividad, y "no es tan frívolo como la gente piensa", según comentó la coordinadora de Kutxa Kultur Moda, Nuria Viso Bastarrika. Por ello, han seleccionado a un total de diez diseñadores, entre los que destacan Numeronueve, Haizea, Letitare, Ali d Bali, Elea 2.0, Similia Similibus y Anuska Petruska.
Dantzaz Konpainia también participará en la propuesta, porque "comparte la misma filosofía del festival", apuntó Cruzado, interactuar con la gente para crear nuevos públicos.
Alfonso VIII se convertirá en la calle solidaria. Allí, la plataforma Kutxa Fundazioa pasará de ser algo virtual a estar en la calle gracias a la instalación de un muro que se asemeja a la red social Facebook y en el que la gente deberá colocar la pegatina de "Me gusta" a las seis frases que más le gusten. "Serán frases que provoquen una respuesta", explicó la responsable del acto, Garbiñe Etxezarreta.
talleres La calle Txurruka albergará el taller de Maushaus, una perfomance urbana para hacer reflexionar de una forma divertida a pequeños y mayores sobre las formas de habitar de los humanos en la ciudad. Los niños podrán construir una ciudad en la calle con elementos reciclables, gracias al taller La Casa del Vacío.
Por último, en TAPEF, realizarán talleres de artes plásticas en francés, un laboratorio que pretende llevar el arte de los museos a la calle.
Los organizadores definieron Kutxa Kultur Hiria como un festival "útil" que, por un fin de semana, hará cambiar la fisionomía de Donostia hasta asemejarla a una gran ciudad europea.