Arte contra la barbarie nazi
El Guggenheim Bilbao abre al público el próximo sábado la exposición 'El arte de la guerra. Francia 1938-1947'
Bilbao
CUANDO los tanques del Tercer Reich entraron triunfalmente en París el 14 de junio de 1940, apenas encontraron resistencia. Días después, el Mariscal Pétain firmaba el armisticio para cesar las hostilidades en Francia y los nazis transformaron la ciudad de las luces en territorio ocupado. El París de 1940 nada tenía que ver con el de las décadas anteriores, que remite a los cafés inundados de pintores, actores y escritores, a noches de cabaret... Los artistas que se quedaron en la ciudad tuvieron que doblegarse a trabajar bajo las condiciones de las tropas de la ocupación.
En esa época, un oficial nazi que visitaba el estudio que Pablo Picasso tenía en la calle de los Grands-Augustins, se acercó ante una reproducción del cuadro del Guernica y le preguntó si era él el que había hecho eso. El pintor respondió con sorna: "No, han sido ustedes". Picasso se convirtió en un auténtico símbolo de la resistencia a la ocupación nazi. Después de que le fuera denegada la nacionalidad francesa en 1940, el artista renunció a un posible exilio en Estados Unidos y regresó a París. Allí fue acosado por la Gestapo y marginado, mientras su obra, considerada arte degenerado por el régimen de Vichy y por los nazis, quedaba sometida a la auto censura del medio artístico local.
"Picasso se pasó toda la guerra en su estudio de París. Tal vez hubiera podido escaparse a Nueva York, como hicieron otros, pero el hecho es que escogió vivir allí. Era una presencia. Todo el mundo conocía dónde estaba su estudio, aunque él intentaba mostrarse poco. Se decía que algún oficial alemán le daba madera para quemar en su estufa, o que el sonderführer del Propaganda Staffel le proporcionaba telas para pintar", relata Alan Riding en su libro Y siguió la fiesta. La vida cultural en el París ocupado por los nazis (Galaxia Gutemberg).
Algunas de las obras del genial artista malagueño, que tuvieron que ser realizadas en precarias condiciones y en un medio totalmente hostil,se podrán ver en la exposición Arte en guerra. Francia 1938-1947: de Picasso a Dubuffet, que el Museo Guggenheim Bilbao abrirá al público el próximo sábado. Una gran exposición organizada en colaboración con el Museo de Arte Moderno de París (MAM), que reunirá más de 400 obras de 120 artistas que supieron dar una respuesta estética al horror de la segunda guerra mundial.
Patrocinada por el BBVA y comisariada por Jacqueline Munck y Laurence Bertrand Dorléac, promete convertirse en una de las citas artísticas más importantes a nivel europeo de la temporada, con la que el museo pretende igualar el tirón mediático que tuvo la muestra dedicada a Hockney el verano pasado.
l Rebelión. Organizada por el Museo de Arte Contemporáneo de París y el Guggenheim, El arte en guerra, Francia, 1938-1947: de Picasso a Dubuffet muestra cómo los artistas de la época se rebelaron frente a las consignas oficiales mediante novedosas respuestas estéticas que modificaron el contenido del arte.
l Más de 400 obras. Documentos, fotografías y películas inéditas se reúnen en esta exposición única, que evidencia la forma en la que estos creadores resistieron y reaccionaron "haciendo la guerra a la guerra" con formas y materiales casuales impuestos por la penuria.
l Entradas. Hasta el 8 de septiembre. La entrada será gratis para los parados.
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