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"La película permite apreciar el impresionante choque de culturas que se está dando en Mongolia"

La película 'Mongolian Bling', del director Benj Binks, en la que Ignacio Penche es cámara y editor, se proyectará hoy a las 21.00 horas en los cines Trueba en el marco del festival Dock of The Bay. El filme ha recorrido certámenes de medio mundo y ha recibido muy buenas críticas

"La película permite apreciar el impresionante choque de culturas que se está dando en Mongolia"Foto: javi colmenero

Donostia. La película Mongolian Bling muestra la nueva revolución del hip hop en Mongolia, en un marco y un país que todavía trata de asimilar la revolución de 1991 que supuso el fin del comunismo y dio voz a los jóvenes.

¿Cómo surgió el proyecto?

Surgió gracias a Benj Binks. Él trabajaba en el Transiberiano que iba desde Pekín hasta San Petersburgo y paraba en Ulán Bator (la capital de Mongolia). Al parar tantas veces allí, le sorprendió que la gente vistiera con pantalones anchos y gorra hacia un lado, ya que normalmente suelen vestir con trajes tradicionales. Se puso a investigar y se dio cuenta de que lo que realmente estaba moviendo el país y la juventud era el hip hop. Yo estaba estudiando cine con él en Melbourne (Australia) y me preguntó si quería ir con él a grabar a Mongolia. Esto ocurrió en 2007.Seguimos a tres personajes de Ulán Bator que cubren franjas distintas de jóvenes e investigamos la historia del país y su cultura.

¿Qué han descubierto en Mongolia?

No sabía nada de Mongolia, solo sabía que Gengis Kan (el aristócrata mongol que unificó a las tribus nómadas fundando el primer imperio mongol) era de allí. De hecho, todo allí se llama Gengis Kan: el aeropuerto, la bebida, etc. Yo he descubierto una cultura fascinante que no me esperaba en un principio. He descubierto sobre todo que la gente tiene un corazón increíble y que son mucho más bondadosos y generosos que en Occidente. Sin tener nada te lo dan todo. Aparte de esto, he conocido la cultura underground del hip hop, que no es tan underground porque es bastante conocido y la ves por la calle y en la tele. Los mongoles comenzaron a cantar hip hop cuando Mongolia alcanzó la democracia, en 1991. A partir de este hecho, los jóvenes comenzaron a hablar y a contar las cosas que iban mal de la sociedad a través de la música como, por ejemplo, los problemas con el alcohol y el tema de la corrupción del gobierno, entre otros. En general, había mucha crítica a la situación del país. Luego han ido desarrollando y haciendo cada vez temas mucho más logrados. Al principio cogían bases de EEUU y ellos cantaban por encima, y ahora se están desarrollando mucho y cuentan con su propias bases y estudios. Hay un choque de culturas impresionante: lo que es la tradición de Mongolia desde la época de Gengis Kan y la globalización que está entrando ahora.

¿Diría que esa tradición ya se está perdiendo?

Lamentablemente sí se está perdiendo bastante. Da pena. Todavía queda algo, sobre todo en la gente mayor. Pero está claro que la televisión y demás no pueden evitar que haya cambios en el país.

¿Qué cree que ha aportado el hip hop en Mongolia?

En mi opinión, las letras transmiten mucha verdad. Me tradujeron las letras al inglés y me quedé sorprendido. Porque en España tenemos libertad de expresión y no creo que se pudiera dar tanta caña al gobierno. Sobre todo cuentan las cosas que van mal, como los problemas de alcohol que tiene la gente mayor o que hay muchos niños huérfanos.

¿Cómo empezó el hip hop en Mongolia?

Internet influyó mucho. Los que se iniciaron en el mundo del hip hop al principio nos dijeron que empezaron a escuchar a grupos americanos y franceses, y lo que pretendían era imitarlos. Mostramos en la película que los sabios les dicen que no van a salir fuera de Mongolia si hacen la misma música que se hace en EEUU. Pero que si cogen una banda tradicional que tiene muchos instrumentos específicos de Mongolia y la fusionan con la base del hip hop, la mezcla puede ser muy curiosa, porque es algo genuino. Uno de los instrumentos que tienen se llama morin khuur (cola de caballo) y luego otra de las particularidades es el throat singing, que significa cantar con la garganta haciendo básicamente armónicos.

¿Tiene algún proyecto futuro con el director Benj Bink?

Tenemos ideas que están pendientes y hay que valorar cuál de ellas hacer. Ahora mismo es un no parar de festivales. La película está viajando bastante y le estamos dedicando mucho tiempo a la promoción, pero estoy seguro de que trabajaremos en otro proyecto juntos. Mientras él cree la historia, yo le seguiré con la cámara.

¿En qué festivales han estado?

En Australia acudimos a cuatro festivales: Sydney, Melbourne, Perth y Brisbane. En abril vamos a estar en China, concretamente en Shangai y Pekín. También nos han seleccionado en Canadá, Varsovia e Indonesia. En Mongolia lo han retransmitido en un canal de televisión pero la versión corta de una hora, y estamos intentando que proyecten la versión completa, que es de hora y media, ya que si no el espectador pierde mucha información.

Mañana le toca el turno a Donostia. ¿Qué le parece el Festival de Dock of The Bay?

Personalmente estoy con muchas ganas e ilusión de que sea en Donostia y de que lo hayan seleccionado. Soy de Madrid y, al ser el festival en Donostia, mis padres y amigos por fin van a poder ver la película.