Madrid. De la pérdida de la madre y la hermana del músico Fher Olvera, y de la constatación de que "en la vida no se puede controlar todo", ha surgido Drama y luz, el álbum en el que mayor nivel de exigencia ha puesto Maná, que presentó ayer en Madrid y que se pondrá en venta el 12 de abril.
"Estamos muy contentos con España, ha sido un sueño", dijeron en una rueda de prensa en la Casa de América de la capital los integrantes de la que es probablemente la banda más importante de México, compuesta por el propio Olvera, así como por Juan Calleros (bajo), Álex González (percusión) y Sergio Vallín (guitarra).
La elaboración de Drama y luz ha requerido cuatro años y medio, casi el doble de tiempo que cualquiera de los precedentes de la banda de rock, y llega después de Amar es combatir (2006). Ese espacio en blanco generó cierta sensación de "inseguridad" y una necesidad de hacer "el mejor disco posible" en compensación, según reveló Fher, voz y guitarra, quien afirmó que compusieron hasta 50 temas y reconoció que "nunca había trabajado tanto en las letras".
motivos Al final son doce las canciones escogidas, empezando por el single de presentación, Lluvia al corazón. Tienen cabida temas como el racismo que sintieron en una estancia en Miami, pero también el surrealismo de El espejo, el romanticismo de El verdadero amor perdona o el recuerdo de un ser querido, Vuela libre paloma.
"La vida me pegó una cachetada", confesó el cantante sobre la muerte de su madre, con la que viajó a Houston (EEUU) para ofrecerle el mejor tratamiento posible pero que falleció víctima de un cáncer que la mermó completamente. "Me di cuenta de que no todo lo que pasa en la vida lo puedo controlar", expresó. "Su cuerpo no podía con esta enfermedad y nosotros seguíamos insistiendo en tenerla arriba. Surgió entonces la idea de dejarla en paz y que se fuera libre, porque en algún punto la alcanzaría", explicó sobre el origen de esta canción.