Sidney. El príncipe Guillermo de Inglaterra llegó el lunes a Australia por primera vez desde que era un niño en una visita semioficial y segunda escala de una gira por Oceanía que también le ha llevado a Nueva Zelanda. Guillermo llegó al aeropuerto de Sidney en un vuelo procedente de Wellington y ha visitado un acuartelamiento militar, una comunidad aborigen y varias poblaciones afectadas por los incendios forestales del Sábado Negro, que costaron la vida a 173 personas en febrero de 2009.
El príncipe, de 27 años, pasará tres días en Australia, donde se reunirá con el primer ministro, Kevin Rudd, y el general Quentin Bryce, que representa como gobernador general a la reina Isabel II, jefa del Estado australiano.
Hoy viajará a Melbourne, de la que saldrá un día después para regresar a Londres. El segundo en la línea sucesoria a la corona británica estuvo por última vez Australia en 1983, cuando apenas era un bebé y acompañado por sus padres: el príncipe Carlos y la fallecida Diana de Gales, que en aquella ocasión también se pasaron por Nueva Zelanda.
El príncipe fue recibido con más vítores que protestas por parte de grupos antimonárquicos cuando se vistió con ropas tribales para presenciar una haka o danza tradicional maorí y asistir a la inauguración de la nueva sede del Tribunal Supremo neozelandés. Frente a los casi 4.000 simpatizantes que fueron a saludarle, apenas decenas de republicanos se manifestaron contra la visita, aunque la protesta fue pacífica y sin incidentes. Guillermo paseó después por un parque natural y cenó una barbacoa en la residencia del primer ministro, John Key, donde se coló un comentarista de radio, que burló la seguridad para hacer una broma y fue interrogado por la Policía.