Jury Duty (El jurado) se convirtió en toda una sorpresa cuando, en las nominaciones a los Premios Emmy, consiguió no sólo hacerse un hueco entre las candidatas a mejor comedia, sino también optar a ser reconocida por su guion, su casting y el trabajo de James Marsden (Mrs America, El diario de Noa) como mejor actor de reparto.

Con estos avales, llama la atención que Prime Video acabe de incorporar a su catálogo esta producción que a muchos les recuerda a una joya de la gran pantalla, El show de Truman, protagonizada por Jim Carrey.

En la cinta dirigida por Peter Weir, Jim Carrey era Truman Burbank, un hombre corriente convertido en la estrella de un programa de televisión que se convierte en todo un fenómeno social sin él saberlo. En El jurado, el protagonista es Ronald Gladden, un hombre común y corriente que forma parte de un jurado popular pero sin saber que todo a su alrededor es falso. El juez y sus compañeros de jurado son actores, como James Marsden, que se interpreta a sí mismo.

EL CANDIDATO IDEAL

La clave para que el rodaje saliera como se deseaba fue, además de que todo se realizara bajo un absoluto secretismo y sin publicidad alguna, encontrar a esa persona que fuera el centro de todo el experimento. A través de un anuncio en Internet solicitando personas para participar en un documental sobre el sistema judicial estadounidense se consiguió la respuesta de más de 3.000 personas, entre ellas, Ronald Gladden. Los productores vieron en él la “brújula moral” que buscaban para la serie.

Y ahí comenzó la aventura. Cada uno de los actores participantes, especialistas en comedia de improvisación, tuvo muy marcado su papel para poner a prueba las reacciones de Gladden. Y aunque había situaciones guionizadas para cada día, esas reacciones marcaron también el devenir del rodaje. Al término de cada jornada, cuando todos se retiraban a recluirse en sus habitaciones de hotel como si fueran miembros de un jurado real, todos menos Gladden se reunían para repasar cómo había salido todo y planificar el siguiente día de rodaje.

Jake Szymanski, director de la serie, reconoce que la idea “era muy audaz y podría haber salido mal” porque no podían asegurar que el protagonista no descubriera el pastel. Afirma no haber conocido personalmente a Gladden hasta el final del proyecto y que fue “una experiencia extraña, porque sentí que le conocía de verdad”.

Especialmente emocionante es el momento en que todo se revela. “Queríamos rodearle de un montón de amor para hacerle saber que todos nos preocupábamos por él”.