Cada año, el Black Friday llega como un tsunami: descuentos por todas partes, anuncios a gritos, promesas de gangas increíbles. Pero detrás de tanto “50 % off” o “última unidad”, no siempre hay una buena oferta. A veces, solo hay humo.
Muchas tiendas suben los precios semanas antes para luego bajarlos “espectacularmente” ese día. El producto puede terminar costando igual, o incluso más, que hace un mes. Y sin darnos cuenta, caemos: compramos algo que no necesitábamos, convencidos por un cartel llamativo.
La tecnología ha facilitado las compras, pero también los engaños. Algoritmos que manipulan precios, publicidad personalizada que nos tienta… y esa sensación falsa de “ahorrar” cuando, en realidad, estamos gastando.
Pero no todo es negativo. Sí existen ofertas reales. Lo importante es saber distinguirlas. Mi consejo: empieza por hacer una lista. ¿De verdad necesitas ese robot de cocina, esos auriculares o esa sudadera? Si no estaba en tus planes, probablemente no deba estar en tu cesta.
Trucos para comparar precios
Luego, compara. Usa apps o simplemente guarda fotos de precios en distintas tiendas semanas antes. Verás cómo algunos productos bajan de un precio inflado. Otros, sí tienen un descuento real. Esa es la clave: la paciencia.
También cuidado con las compras impulsivas. El cerebro humano reacciona fuerte ante el descuento. Nos sentimos listos, ahorradores,… aunque acabemos pagando por algo inútil. Y si compras online, revisa bien las condiciones: devoluciones, gastos de envío, garantías.
Otro truco: fíjate en el historial de precios. Hay webs y extensiones que muestran cómo ha variado el coste de un producto en los últimos meses. Si ves que subió un 30 % la semana previa, desconfía.
Además, muchas plataformas aprovechan para llenar el carrito con productos complementarios o activar suscripciones automáticas. Lee los pasos finales con atención.
El Black Friday no es malo. Es el exceso lo que lo corrompe. Como docente, siempre digo que la mejor herramienta contra el engaño no es la desconfianza, sino la información. Conocer cómo funcionan las cosas libera.
Todavía hay tiempo para comprobar cómo están hoy los precios de esos productos que sí necesitas. Así que este año, en lugar de correr, observa. Pregunta. Compara. Que el verdadero descuento sea el tiempo que ahorras en equivocaciones. Porque comprar menos, pero mejor, siempre será la mejor oferta. Y eso no necesita cupón de descuento.