Cruce de caminos, apeadero para unos, estación central para otros, el Campeonato de España que este fin de semana se divide entre Galapagar para la prueba de crono y San Lorenzo del Escorial, para la carrera de ruta, es un competición extraña, caótica y singular por su propia anatomía. Impera la mezcla, el mestizaje y el caleidoscopio en una prueba que es una clásica.

Acuden equipos de distinto sino y categoría y en número muy distinto en cuanto a ciclistas. Asoman algunos solistas, formaciones escuetas y escuadras que doblan el número normal de dorsales en la mayoría de pruebas.

Eso convierte la carrera en un galimatías, si bien las sorpresas son costosas porque pesa la calidad y todo lo que quede en el extrarradio de los planteles que promueven las candidaturas de dorsales del WorldTour no suelen prosperar. 

En la última década vencieron Ion Izagirre (2014), Valverde (2015), Rojas (2016), Herrada (2017), Gorka Izagirre (2018) , Valverde (2019), Luisle (2020), Omar Fraile (2021), Carlos Rodríguez (2022) y Oier Lazkano, el campeón en curso.

Con anterioridad, lo inesperado tampoco se concretó. Ese metro patrón lo certifica la reflexión de Jorge Azanza, director del Euskaltel-Euskadi, que tratará de sorprender con arrojo y el alistamiento de catorce ciclistas.

“Nuestras referencias son los que han estado bien en Eslovenia, Bizkarra, Gotzon, Berasategi o Txomin. Y dependerá de los corredores que presenten Movistar y otros del WorldTour que puedan correr ya que seguro que están en la pelea”. Resquebrajar esa jerarquía es muy complicado para los equipos más humildes. Alterar el relato de esa inercia es un desafío mayúsculo.

Exigente prueba de ruta

Con salida y meta en San Lorenzo de El Escorial, el domingo aguarda una carrera de 201 kilómetros, con 3.2000 metros de desnivel acumulado. El trazado se reparte en dos actos.

El primero, con cinco vueltas a un circuito largo (36 km), con sus correspondientes subidas a Fresnedilla de la Oliva: y el segundo, con tres giros a un bucle corto (13 km), con una triple ascensión a la primera parte de la subida a Abantos.

Oier Lazkano defiende la conquista de la pasada edición en el mismo escenario, aunque el recorrido será algo más largo. De aquel día, Lazkano recuerda la agonía, lo “mal que lo pasó en carrera para disfrutar luego todo el año” con el maillot de campeón. El gasteiztarra venció después de una exhibición descomunal en la que tumbó a un pelotón entero. 

Opciones de Aranburu

En constante crecimiento, Lazkano, que llega a la cita muy afinado tras un Dauphiné extraordinario, es uno de los candidatos a la victoria. No solo por su potencial, sino también por la huella de su equipo, el Movistar, en el que también formará Alex Aranburu, vencedor de una etapa en el Tour de Bélgica, donde acabó tercero, y que se persona en un gran estado de forma.

“Jugaremos nuestras bazas y una de ellas es aprovechar la mayoría. Tenemos un grupo fuerte y con calidad”, expone Lazkano. Omar Fraile, campeón en 2021, es otro dorsal que puede estar delante. Mikel Landa también tiene intención de estar en la prueba de ruta. Su presencia es casi segura. 

El que no estará será Ion Izagirre, que espera a que se suelde la pequeña fractura que padeció en el Tour de Suiza como consecuencia de una caída para llegar al Tour con garantías. Pello Bilbao, fenomenal en Eslovenia, segundo en la general y vencedor de la etapa reina, también esquiva la prueba. Sí estarán Gorka Izagirre y Jonathan Lastra, compañeros en el Cofidis.

Más allá del universo de los WorldTour, Euskaltel-Euskadi acudirá con 14 ciclistas para pelear. El Caja Rural también se personará con una nutrida formación. Entre ellos, Gorka Sorarrain que también hará la crono, Jokin Murguialday, Joseba López y Julen Arriolabengoa. El Kern Pharma también dispondrá un buen ramillete. En el Burgos-BH destaca Ander Okamika, que hará crono y ruta. Lo mismo que Xabier Mikel Azparren, que asoma del Q36.5. 

Prueba contrarreloj

Si la carrera de ruta resulta más caótica, la cita contrarreloj responde punto por punto a lo que se supone. No posee demasiado misterio, se correrá mañana sobre un recorrido repleto de repechos. Un trazado ondulado de 33,4 kilómetros que determinará al heredero de Jonathan Castroviejo, campeón en curso.

El de Getxo, seis veces oro, no acude a la cita y Oier Lazkano, segundo el pasado año, emerge como el hombre a batir después de las tremendas prestaciones exhibidas en la crono del Dauphiné, donde se midió a Evenepoel, campeón del Mundo; Primoz Roglic, campeón olímpico; Joshua Tarling, campeón de Europa, y Matteo Jorgenson, estupendo su estado de forma. Lazkano fue quinto.

En la cita de Galapagar, Raúl García Pierna y Xabier Mikel Azparren asoman como rivales para el gasteiztarra, que acude con la vitola de favorito para la prueba. “Pero siempre hay sorpresas”, lanza el alavés sobre una prueba en la que también estará Markel Beloki. Lazkano defiende su corona.