Ganó Tadej Pogacar el sábado en Prati di Tivo, tras una etapa rapidísima en la que el UAE, su equipo, mantuvo a raya a los escapados del día. Costó horrores que se hiciera la fuga pero, cuando esta quedó configurada, muchos pronósticos apuntaron a que el ganador del día saldría de ese nutrido grupo cabecero. Había en él ciclistas de mucho nivel para subir rápido el último puerto, y además ninguno de ellos parecía excesivamente peligroso para la clasificación general, generándose así un cóctel que suele resultar sinónimo de éxito. La jornada, sin embargo, no transcurriría luego según lo esperado. “Es descorazonador. No nos han dejado coger más de dos minutos de ventaja. Luego llegas a meta y te das cuenta de que has gastado en balde un montón de energía”, censuró a posteriori un frustrado Romain Bardet.
Vigilado
El propio Bardet llevaba todo el Giro declarando que no estaba en Italia para desafiar al favorito esloveno, y sí para intentar ganar etapas. De camino a Prati di Tivo, habiéndose dejado casi tres minutos en la crono de la víspera, estimó que su 14ª plaza en la general, a 5:23 del líder, podía implicar el visto bueno de este a su presencia en la escapada. Pero no resultaría así. “No termino de comprender a qué juegan en el UAE. Sí, han ganado con Pogacar, pero no sé muy bien qué decir... Tenerlos tan cerca durante todo el día me ha matado a nivel psicológico”, agregó el propio corredor francés.
Melón abierto
¿Son unos abusones la maglia rosa y sus compañeros? Bardet ha reactivado en Italia un debate que ya asomó a lo largo de la pasada Volta a Catalunya (Pogacar ganó la general y cuatro etapas de siete), y ante el que Josean Fernández Matxin, mánager de la escuadra emiratí, se pronunció en estas misma página dos días antes del Giro. “Cualquier director haría lo mismo en mi situación. Con lo que se sufre muchas veces para ganar carreras, tú tienes que aprovechar todas las oportunidades que se te presenten. En el UAE debemos mostrarnos competitivos desde el primer día hasta el último, porque, del mismo modo en que nunca nadie nos ha regalado nada, nosotros tampoco tenemos por qué andar haciendo regalos. Somos un equipo ambicioso, y como tal no podemos apartarnos de intentar ganar siempre. Para eso entrenamos y nos preparamos”.
Un poco de perspectiva
Al calor de la impotencia, bramó Bardet el fin de semana ante lo que consideró una especie de injusticia. No le habría venido mal reposar el enfado y ponderar también otros factores adicionales, a los que él mismo aludió: “Entraba viento de cara durante toda la jornada, y la colaboración en el grupo de escapados tampoco ha sido perfecta”. Quejándose como se quejó, quizás pretendiera sembrar mirando al futuro próximo, presionando para que el UAE se mostrara más permisivo en siguientes etapas. Pero la pregunta era y es: ¿realmente tiene equipo Pogacar para tirar del pelotón durante tres semanas como lo hizo el sábado su propia escuadra? Tres días después, y con semejante caldo de cultivo, cobraba ayer especial interés todo lo que sucediera de camino a Bocca della Selva.
Esta vez sí
Ya a 7:51 en la general, se supone que más liberado para moverse, Bardet optaba a repetir en la avanzadilla. Consiguió meterse en ella. Y vio a continuación cómo, esta vez sí, el equipo del líder se desentendía de dar caza a los escapados. No lo olvidemos: Pogacar corre este Giro con Rui Oliveira, Mikkel Bjerg, Felix Grosschartner, Vegard Stake Langen, Rafal Majka, Juan Sebastián Molano y Domen Novak. Es una correcta alineación, sin más, un ocho con sus límites que tampoco puede permitirse la autoinmolación. Habrá más regalos. O más concesiones. Un poco de paciencia, Romain.
