El australiano Rudy Porter, maltrecho su hombro, aterrizó el pasado viernes 29 de marzo en Euskal Herria, con una simple mochila y un pasaje de vuelta para regresar al día siguiente a su casa en Italia. La misión en Estella de este joven ciclista del Jayco AlUla resultaba muy sencilla: presentarse en el control del Gran Premio Miguel Indurain, firmar, tomar la salida, retirarse y poner rumbo al aeropuerto. Así, tenía que haber seguido la presente Itzulia por televisión, y sin embargo consiguió terminarla ayer en Eibar, contra todo pronóstico. Juan Ayuso se vistió con el maillot amarillo final en la plaza Unzaga, pero detrás del alicantino, en la clasificación general, se escondían decenas de historias curiosas. Una de ellas era la de nuestro protagonista.

Debe saber el lector, para empezar, que a los equipos no les sale gratis dejar sin completar su cupo de participantes en una carrera. Si pueden alinear a siete corredores, deben alinear a siete. Y si no lo hacen, se enfrentan a una multa económica de la UCI. Pues bien, resultó en Estella que el Jayco AlUla se vio ante la posible tesitura de presentar solo seis ciclistas, pues el propio Rudy Porter, en cuyo calendario inicial figuraba la prueba navarra, se había golpeado con violencia el hombro en una caída en la Coppi e Bartali, siete días antes. Cuando el australiano se recuperaba del percance en casa, sonó su teléfono y le encomendaron la mencionada misión. “Vente aun así”. Se plantó en nuestro territorio con un equipaje mínimo: maillot, culotte, zapatillas y una muda. Regresaba a Italia ipso facto. Pero finalmente lo hará hoy, con una semana de retraso respecto a lo previsto.

La sorpresa

En pleno centro de Eibar, recién concluida la Itzulia, el propio Porter explica qué demonios pinta ahí, con 800 kilómetros de regalo en un cuerpo maltratado por el mencionado tortazo. “Simon Yates fue baja de última hora para correr esta carrera. Arrastraba una enfermedad y en el Gran Premio Miguel Indurain vio que no se encontraba apto para competir, así que me tocó a mí tomar la salida”. De los 167 corredores que completaron el lunes la crono inicial de Irun, Rudy fue el único que lo hizo con una bicicleta convencional y no de contrarreloj. Su participación había cogido a contrapié incluso al equipo, en cuyo seno tampoco esperaban gran cosa de él durante esta última semana. Había cumplido con el plan retirándose pronto en Estella. Y posiblemente sucediera lo mismo en una exigente prueba por etapas...

El clclista, sin embargo, se rebela ante semejante desconfianza cuando le preguntamos al respecto. Dice que cambió el chip al ver que le entregaban un dorsal para la Itzulia. “Al fin y al cabo, es solo mi segunda participación en el World Tour, tras el Dauphiné del año pasado. Me da pena haber encarado esta carrera lejos de mi 100%, pero me la he tomado como un medio para ir progresando sobre la marcha, mejorando mi condición para las próximas citas del calendario”. ¿Y el hombro? ¿No le ha molestado? Porter matiza aquí el alcance de su lesión. “A ver, yo sí esperaba terminar las seis etapas y llegar a Eibar. Fui a Estella con dolor y con mal cuerpo, pero mis piernas aún se encontraban bien. No había estado tanto tiempo parado... Es cierto que arranqué la Itzulia un poco fastidiado. Las sensaciones hasta el miércoles no fueron buenas. Pero después todo ha ido a mejor y creo que estos días de competición me van a venir de maravilla”.

Cuidado. Rudy Porter no se ha limitado a viajar en el furgón de cola durante la cita vasca. Llegó a la etapa final con solo 2:47 de desventaja respecto a Mattias Skjelmose, en la 49ª plaza de una general con 143 corredores. Ayer, mientras, se dejó diez minutos en meta para bajar únicamente dos posiciones. El australiano mira ya al calendario que se le avecina, esperanzado con ese punto adicional que podría haberle otorgado la propia Itzulia. “Figuro en las alineaciones del equipo para Alpes y Hungría. Luego estaré de nuevo en el Dauphiné. Y después... Después ya veremos”. Giro y Tour de Francia quedan descartados para su programa. Así que él se marca como “objetivo” debutar en una prueba de tres semanas en la próxima Vuelta a España