El 20 de enero de 2023, Imanol Álvarez amaneció en un hotel de la Comunitat Valenciana con la ilusión propia de ese gran momento que está a punto de llegar. Vislumbraba, a 48 horas vista, su debut en el pelotón profesional, pero desde entonces han transcurrido más de trece meses y el ciclista elgoibartarra, sin estrenarse aún en el primer nivel, medita ahora colgar la bicicleta. ¿Por qué? Se trata de una larga historia, resumida principalmente a través de las dificultades administrativas que el Kiwi Atlántico, escuadra con el que se había comprometido Álvarez, ha padecido para tramitar su licencia UCI. La sanción que el máximo organismo mundial impuso este febrero a la estructura gallega y a sus responsables, por irregularidades en la gestión y falsedad documental, supuso un varapalo más para Imanol, quien este martes recibía ya la puntilla en forma de nueva noticia negativa: definitivamente, el equipo tampoco saldrá adelante en 2024.

Todo comenzó hacia octubre de 2021, cuando Álvarez (Elgoibar, 1999) concluyó su cuarta y última temporada como sub-23, con el maillot del Eiser-Hirumet. “Fue mi mejor año. No gané, pero anduve cerca en casi todas las carreras, muy regular. Ahí aposté por hacer una temporada más como amateur, ya en edad Elite, para dar continuidad a lo mostrado y llamar la atención de algún equipo profesional. Sin embargo, las cosas no saldrían como yo esperaba”, explica en alusión a su discreto rendimiento durante 2022. “Al menos terminé recibiendo la llamada del Kiwi Atlántico”, agrega en referencia a una escuadra de raíces gallegas ubicada en la categoría Continental, la tercera división del ciclismo. “Me pareció una buena oportunidad. Así que di el paso para debutar como profesional y utilizar la experiencia a modo de trampolín”.

Sin estreno

Ilusión, entrenamientos, concentración con el equipo en la costa levantina... Todo iba bien, hasta que llegó el día fatídico. “Era viernes y el domingo corríamos la Clàssica Comunitat Valenciana. De repente nos dijeron que la UCI no concedía la licencia, que el equipo no iba a salir y que todos los ciclistas quedábamos libres, que ya lo sentían...”. Imanol tuvo que tomar una decisión. Y su estado de forma se lo puso fácil. “Yo me veía muy bien. Llamé al Eiser-Hirumet y me volvieron a acoger con los brazos abiertos”, relata Álvarez, quien durante el pasado 2023 completó así un segundo curso como Elite. “Empecé muy bien, pero luego me puse enfermo a finales de marzo y nunca terminé de darle la vuelta, sobre todo en lo mental”.

Mientras el elgoibartarra sufría intentando acreditar nivel como amateur en el circuito vasco-navarro, mantenía el contacto con Enrique Salgueiro, responsable de ese Kiwi Atlántico que en enero no había recibido luz verde. “Terminó la temporada y me comentó que, de cara a 2024, el equipo podía salir adelante mediante una fusión con el Kamen Pazin croata, un conjunto de tradición en su país. El proyecto pintaba muy bien sobre el papel, así que decidí aceptar”, explica Álvarez, cuyo enero ha resultado fatal por segundo año consecutivo. Otro viaje al Mediterráneo. Otra concentración. Y otra comunicación negativa, “esta vez no tan tajante”. “Nos dijeron que había algunas trabas para tramitar la licencia del equipo. Pero al mismo tiempo sostenían que se podrían solucionar”.

Imanol deja atrás semanas duras, en las que le ha resultado muy complicado compaginar incertidumbre y entrenamientos. “Se hace difícil mantener la motivación y salir a diario a la carretera. Más aún con el tiempo que estamos teniendo últimamente. Y más todavía si recibes noticias como la de la sanción al equipo este febrero”, relata el de Elgoibar, cuyo clavo ardiendo se encontraba en un Kamen Pazin que ha seguido trabajando para sacar la estructura adelante. “La esperanza estaba ahí. El Kiwi Atlántico como tal ya había quedado inhabilitado. Pero todavía nos decían que, tramitándolo todo a través del equipo croata, la licencia para competir podía llegar en cualquier momento”. No ha caído esa breva. “Este martes recibimos un mail de los directores, con un documento adjunto de la UCI explicando por qué no se autoriza el proyecto. Nuestra vinculación con las personas sancionadas y con el propio Kiwi Atlántico era evidente. Pero es que encima hay más cosas en las que tampoco quiero entrar... Dejémoslo en que nos han engañado”. ¿Y ahora qué? “Me doy unos días para decidirlo. O cuelgo la bici, o sigo un año más como Elite”. Equipos de esta categoría ya han tocado a la puerta del elgoibartarra... 

"SOLO SÉ QUE AQUÍ NO VOY A CORRER"

Álvarez está completando un grado on line de Nutrición y Dietética que le llevará la semana que viene a Madrid para hacer unos exámenes. Su viaje allí marca los plazos que él mismo se pone para tomar una decisión, y existen dos opciones: dejar el ciclismo o completar un año más como aficionado, teniendo esta segunda posibilidad un matiz muy marcado. “No voy a estar una nueva temporada corriendo las pruebas de nuestro entorno, con el calendario de siempre. Tengo alguna propuesta de equipos Elite de fuera y, si siguiera en activo, apostaría por salir y disputar carreras distintas”. De momento continúa entrenándose. Por si acaso.