El Museo San Telmo de Donostia acoge 150 años de historia de la bicicleta en una exposición que reúne 80 ejemplares pertenecientes a la colección del aficionado Amador Tolosa en la que se pueden ver desde velocípedos de 1860 a los que recorrieron los primeros Tours a principios del siglo XX o algunos de los que obtuvieron victorias en la prueba reina del ciclismo.

Ubicada en la iglesia de San Telmo bajo los lienzos de Josep M. Sert, la muestra ofrece la oportunidad de conocer la evolución de la bicicleta, sus usos en diferentes oficios, su fabricación en Euskadi y su importancia deportiva.

"Es el resultado de años de ilusión y trabajo", señala el empresario Amador Tolosa (Pasaia, 1940), que con 17 años empezó a competir en la categoría de aficionados con un equipo que formó Perico Matxain en Errenteria aunque posteriormente su vida profesional se desarrolló en el ámbito de la empresa.

Exposición en el Museo San Telmo sobre bicicletas antiguas en Euskadi. Iker Azurmendi

La pasión por el coleccionismo comenzó en los años 60, cuando empezó a atesorar bicicletas antiguas en sus viajes a Francia, donde adquirió las más antiguas, como una pertrechada con una bolsa en la parte delantera en la que los ciclistas de las primeras ediciones del Tour guardaban herramientas para posibles incidencias y "algo de comer porque las etapas duraban 24 horas", explica Tolosa.

Estas primeras bicicletas que hicieron el recorrido del Tour "no tenían freno y bajaban a tumba abierta", detalla.

Tras ellas, se sumaron a la colección las bicis de ciclistas como Txomin Perurena, ganador de la Montaña en el Tour 1974, David Etxebarria, Samuel Sánchez y Fernando Escartín, que hizo podio junto con Armstrong y Zulle en 1999.

La exposición está estructurada en cinco apartados, el más amplio de los cuales es dedicado a "Historia y evolución", con 26 bicicletas, entre las que destaca una producida en España en 1860 que Tolosa encontró colgada en una tienda de Lekunberri después de que había sido utilizada en unos carnavales, y otra de 1861, de madera y acero.

Exposición en el Museo San Telmo sobre bicicletas antiguas en Euskadi. Iker Azurmendi

En el espacio dedicado a trabajos y oficios se encuentran algunas de las curiosidades de la muestra, como un ejemplar de las bicicletas utilizadas por la Guardia Civil en los años 50, con un fusil Mauser incorporado, las que usaban los funcionarios de Correos o los empleados del Banco de Vizcaya, cada una con sus respectivos distintivos.

La industria vasca del ciclismo está representada con bicicletas de BH, GAC, Orbea y Razesa.

La industria armera de Eibar se vio obligada a transformarse con el final de la Primera Guerra Mundial y empresas de ese sector se iniciaron en la fabricación de bicicletas, indica la directora del Museo San Telmo, Susana Soto.

El Museo San Telmo ha intervenido en la exposición mediante la iluminación y la disposición de los elemento con el propósito de "construir un relato" sobre la evolución de la bicicleta.