Se acabó el Tour, uno de los Tours más disputados de los últimos años, donde hemos sido testigos de un duelo de dos corredores, Vingegaard y Pogacar, muy igualados. A pesar de la diferencia final es de más de tres minutos, la distancia real ente ambos es mucho menor y de ahí que hayamos visto una carrera abierta. Los dos son unos ciclistas muy agresivos y nos han ofrecido un pulso maravilloso. Por otro lado, hemos asistido al dominio del Jumbo. Hemos disfrutado de un gran ciclismo. Más allá del danés y del esloveno, merece una mención aparte Van Aert, el mejor gregario del mundo y un ciclista capaz de ganar en todos los terrenos como ha demostrado en este Tour. Creo que se equivocaría si algún día quisiera disputar una vuelta grande. Sus cualidades son otras y son muy buenas. Otro de las conclusiones que nos deja el Tour es que el ciclismo estatal no está, precisamente, en su mejor momento. Creo que hay que reflexionar al respecto. Alguien debería tomar decisiones. Otro detalle que se ha dejado notar en la carrera era el reparto de los puntos UCI en la lucha por evitar el descenso del WorldTour. Pienso que se debe revisar el sistema de puntuación, cuando menos en los años que hay ascensos y descensos. Es buena la idea de potenciar las carreras secundarias repartiendo un buen número de puntos para que haya más presencia de equipos fuertes, pero las grandes deben tener más valor. Hemos vivido un gran Tour y todos estamos esperando a la próxima edición del Tour, que saldrá desde Eukadi. Que llegue ya. Vive le Tour! l Exciclista de Once, Euskaltel-Euskadi y Liberty y director deportivo del Grupo Eulen/Nuuk