Ahora sí, la montaña
dumoulin, que acusó la tercera etapa “como si fuera de montaña”, afronta con ventaja en sicilia la llegada de los finales en alto, que implicarán la primera criba en la general
donostia - Después de tres etapas en Israel, contexto histórico por ser la primera vez que el Giro pisa fuera de Europa, tras la primera jornada de descanso que fue ayer, la prueba italiana aterriza en Italia, su morada, donde comienzan los finales en alto. “Ha sido la etapa de sprint más pesada que he corrido hasta ahora”, atestiguaba Tom Dumoulin respecto a la tercera jornada de carrera, de 225 kilómetros y decidida en la estampida de los metros finales. Su cuerpo, describió, quedó “como si hubiera sido una etapa de montaña”.
No obstante, la montaña llega ahora, con la cuarta etapa, el prólogo que nace en Catania para encadenar tres etapas con final en alto cuyo epílogo será el magmático Etna, tesoro para escaladores y antojo de primera criba para pretendientes del maillot rosa, que hoy viste Rohan Dennis. Si bien, a solo un segundo de diferencia respira Tom Dumoulin, vigente campen del Giro. La Mariposa de Maastrich comenzará con ventaja el aleteo por las cumbres. Los tres primeros días de competición, concretamente la crono de la bíblica Jerusalen, le han dado al holandés tanto rédito como 34 segundos de margen sobre Thibaut Pinot, 38 sobre Chris Froome y 51 sobre Fabio Aru, sus mayores amenazas de cara a la clasificación general en el amanecer de la presente edición. Las carreteras y las piernas hablarán.
primera criba La concatenación de accidentes geológicos que arranca en Catania será la primera gran criba del Giro 2018, un pulso para las piernas, para confirmar o corregir expectativas. Un escenario donde corredores como Pello Bilbao -5º de la general, a 19 segundos de Dennis- o Víctor de la Parte pueden desvirgar sus currículos en la carrera italiana, o donde Mikel Nieve o Igor Antón pueden firmar sus segundas victorias de etapa en el Giro. Un escenario donde Dumoulin, Froome, Pinot o Aru pueden esclarecer el futuro de Roma.
El triunvirato de etapas que llega despierta hoy con un recorrido entre Catania y Caltagirone, 198 kilómetros con un reguero de cotas antes de encarar la rampa final, con un kilómetro del 8,3% de desnivel y picos de hasta el 14%. El miércoles, quinta etapa, llegan los 153 kilómetros entre Agrigento y Santa Ninfa, con un muro de postre.
El colofón llega el jueves, con el enlace entre Caltanissetta y el Etna, unidos por 164 kilómetros para conformar la letal sexta etapa. La escalada al volcán posee 15 kilómetros con una pendiente media del 6,5%, sin embargo, los 5,5 kilómetros iniciales de la ascensión contemplan estridencias que alcanzan el 16%. Hasta los 10 kilómetros la cumbre concede un respiro para encarar los 5 últimos kilómetros con escarpados que llegan al 16%. Todo un monumento para los escaladores, un calvario para quienes no hallen la cadencia o los que agonicen con los ataques de los más poderosos. Tres etapas que pueden marcar el Giro.