donostia - Se trata de una de las carreras más prestigiosas en categoría sub’23. Cuenta con ganadores de la talla de Miguel Indurain, Greg Lemond, Laurent Fignon, y también en ese selecto grupo de ganadores hay espacio para corredores vascos como David Etxebarria, Unai Osa, Iker Flores o Egoi Martínez. Se trata del Tour del Porvenir. La ronda gala es la última cita de la Copa de las Naciones, que aglutina las pruebas sub’23 más destacadas del calendario y cuyas carreras se disputan por selecciones. España ha tenido que pelear su participación en esta ocasión. No tenía plaza vía ranking y tuvo que solicitar una, que finalmente llegó, a pesar de las reticencias de la organización. Entre los seis ciclistas que conforman la selección, la mitad de ellos son vascos. Los corredores del Murias Taldea, Imanol Estévez y Eneko Lizarralde, junto al ciclista del Cafés Baqué, Julen Amezqueta. Todos ellos pelearán en la quincuagésimo primera edición de la prestigiosa ronda gala, tratando de repetir el éxito logrado por alguno de sus predecesores.
Una carrera en la que los ciclistas deberán hacer frente a un total de siete etapas. Dos de ellas acabarán en alto, serán la quinta con meta en la Rossiere (16 kilómetros al 6% de pendiente media) y la séptima con final en Bottieres (9 kilómetros al 7% de pendiente media) y previo paso por los míticos puertos de La Madeleine, el Molard o la Croix de Fer. Etapas que no tienen nada que envidiar a las del pasado Tour de Francia, y que perfectamente podrían formar parte de la próxima Grande Boucle.
No faltarán rivales importantes. El gran favorito es, sin duda, el ciclista colombiano del Sky Sebastián Henao. El colombiano tratará de imitar los resultados anteriores logrados por sus compatriotas Nairo Quintana, Esteban Chaves y Miguel Ángel López, vencedores en las ediciones de 2010, 2011 y 2014, respectivamente.
Escalador puro
El ciclista navarro del Cafés Baqué es uno de los grandes referentes del ciclismo aficionado. Este año ha sido el de su gran explosión. Ha logrado victorias muy importantes, como la Vuelta a Portugal del Futuro, donde además de imponerse en la clasificación general, se adjudicó la de la regularidad y una victoria de etapa. Alex Díaz, preparador del corredor de Lizarra, destaca que “Julen es un gran escalador, pero con cierta explosividad que le permite amoldarse a los distintos tipos de subidas”. Así lo ha demostrado a lo largo de la temporada, con victorias en Ereño, Lazkao, Markina, Copa España de Legazpi o Natxitua, cinco pruebas en las que las subidas están muy presentes. Su gran inconveniente: “Muchos de sus rivales pueden llegar con un ritmo superior al suyo, a pesar de ello creo que si es capaz de recuperar bien estará peleando por hacer una buena actuación”, subraya Díaz.
Buen finalizador
El ciclista alavés del Murias Taldea llega en un excelente estado de forma a la ronda francesa, una vez olvidado ya el difícil comienzo de temporada. Xabier Muriel, uno de sus directores, destacaba que “en la primera parte del año Imanol sufrió para adaptarse a las distancias de los profesionales. A partir del kilómetro 140 sufría mucho, pero ha logrado aclimatarse”. A pesar de que en categoría profesional, aún no ha podido alzar los brazos, Muriel describe a Imanol así: “Es uno de esos ciclistas que tiene el gen ganador. Es rápido, pero también es capaz de adaptarse en las subidas”. Estévez llega con buenas sensaciones al Porvenir, a pesar de que en la Vuelta a Burgos no terminó de dar el nivel esperado.
Gran rodador
El corredor guipuzcoano del Murias Taldea es el tercer integrante vasco de la selección española. El pico de forma con el que Lizarralde se presenta en el Tour del Porvenir es magnífico. Lo demuestra su victoria en la clasificación de la montaña en la Clásica de Ordizia. Xabier Muriel destaca de Eneko que “es un gran rodador. Su mejora año atrás año es muy notoria y el nivel que está dando en este momento es excelente”. La victoria, al igual que a Imanol, se le resiste en el campo profesional. No obstante, Muriel describe a Eneko como “un corredor diésel”.
“El llano es su terreno. Su altura le hace ser un buen rodador por naturaleza, pero se adapta bien a las subidas que se hacen a ritmo. Además es capaz de hacer un buen trabajo de equipo”, añade el preparador.