donostia. El ciclismo le dio la espalda hace pocas semanas a Beñat Intxausti. Un virus le apartó de la carrera de casa, de la Vuelta al País Vasco. Fue en la Tirreno-Adriático, en Italia, donde ayer a punto estuvo de alcanzar la gloria. La rozó con las manos, casi la saboreó, pero no pudo alcanzar a Domenico Pozzovivo, varios metros por delante. Segundos insalvables, tantos como 23 le separaron del triunfo en Lago Laceno. El italiano atacó en la última ascensión de la jornada, en Colle Molella. Nadie salió tras su rueda. Aguantaron los favoritos, inmóviles, a paso acompasado, todos tras el Liquigas. Valiente, sin pensarlo dos veces, Intxausti fue el único que intentó alcanzar al italiano.
La valentía del de Movistar no encontró el premio deseado, pero le sirvió para dar un golpe sobre la mesa y mostrar sus opciones de cara a la general del Giro. Beñat Intxausti fue el único corredor que se dejó ver. El resto de favoritos, demasiado vigilados, subiendo a ritmo tendido a la sombra del Liquigas, no gastaron ni un ápice de fuerza. El vizcaino demostró en la jornada de ayer que no ha acudido al Giro de paseo.
mínguez en la fuga del día Varias horas antes de captar los focos de las cámaras, de dinamitar la carrera, Miguel Mínguez también quiso ser protagonista. El corredor de Rekalde se metió en la escapada del día, luciendo los colores de Euskaltel-Euskadi en la corsa. No es nuevo en esto Mínguez, que es la segunda fuga en la que se cuela. No llegó, sin embargo, la escapada. El trabajo por detrás de equipos como Liquigas o Astana, no dejó que el cuarteto cogiese demasiados minutos de ventaja y los mantuvieron controlados en todo momento.
Las escasas opciones de abrir hueco frenaron a los favoritos en la última ascensión del día. A pesar de ello, varios fueron los conjuntos que se pusieron el buzo de trabajo para endurecer el ritmo dentro del pelotón. Cogió la batuta el Astana en los últimos kilómetros. El equipo kazajo desapareció en cuanto comenzó el puerto final. La anarquía reinó en el pelotón, del que solo quedaban unas pocas unidades. El trabajo del Astana, baldío, dejó a Paolo Tiralongo como único compañero de Roman Kreuziger. El Liquigas, más completo, más entero, no de desquebrajó; no dejó solo a su líder Ivan Basso. Domenico Pozzovivo fue quien mejor se aprovechó del descenso del ritmo. El escalador italiano atacó sin pensárselo dos veces, sin mirar atrás. No encontró oposición, nadie se movió.
reacción de Intxausti Solo saltó Beñat Intxausti. Tardó en reaccionar el de Muxika, que se lanzó a tumba abierta en persecución de Pozzovivo. Recortó distancias el de Movistar en las exigentes rampas de Colle Molella. El italiano coronó con 28 segundos de ventaja. Una renta demasiado grande para acortarla. Luchó hasta el final el vizcaino, más corazón que cabeza. No encontró el premio Intxausti, que tendrá que esperar a una nueva ocasión. 23 segundos fueron una losa insalvable y le metió cuatro al grupo de favoritos. En ese grupo, una vez más, entró el leitzarra Mikel Nieve, demostrando que se encuentra en un gran momento de forma. El de Euskaltel-Euskadi, del mismo modo que Intxausti, ha acudido al Giro con la intención de luchar por un triunfo de etapa y acabar entre los diez primeros en la prueba italiana.