Samuel quiere tener resuelto su futuro antes del Tour

Güeñes. El tiempo corre más que cualquier caballo. Lo decía Neruda, pero podría asegurarlo Miguel Madariaga, que trabaja a contrarreloj para resolver el futuro cercano de Euskaltel-Euskadi. De momento, detrás de todas las puertas que ha tocado, unas cuantas, no ha encontrado la respuesta que esperaba. Sigue buscando. Pero el tiempo se agota. El equipo sin fecha de caducidad caduca, de momento, este 2012. La empresa Euskaltel no ha confirmado aún su continuidad, pero, de todas maneras, de prolongar su idílica relación con el equipo ciclista, este necesita la incorporación de un nuevo patrocinador que asegure su continuidad en la élite del ciclismo moderno, el de las grandes infraestructuras.

Euskaltel-Euskadi es el equipo más antiguo del WorldTour. Resiste con el presupuesto más bajo de la liga escogida de la UCI. No llega a siete millones de euros. Dicen que para alimentar el sueño romántico del equipo de los vascos hace falta más dinero. Al menos un par de millones más. También necesita retener a sus figuras. Las presentes y las futuras. Mikel Landa, los hermanos Izagirre, Peio Bilbao… Y, claro, Samuel Sánchez. La UCI ha cambiado la moneda de cambio del ciclismo. Ahora se compran puntos que aseguran la permanencia de los equipos en el WorldTour. Samuel tiene muchos. Tantos como para asegurar, casi él solo, la categoría a Euskaltel-Euskadi. Su actuación en la Volta -ganó una etapa y acabó segundo en la general- rescató al equipo vasco del pozo y lo situó en la 12ª posición actual. Eso, los puntos, Samuel, cuesta dinero.

Samuel se cotiza alto Hay equipos interesados que ya han preguntado al asturiano por su situación. Acaba contrato este año y no hay muchas figuras en el mercado que lo hagan. De momento, esperará a saber qué pasa con Euskaltel, pero no lo hará eternamente. Como a Madariaga, a él también se le pasa el tiempo y quiere tener resuelto su futuro cuanto antes, en junio, antes de irse al Tour de Francia. > A.L.