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Por eliminación

oTRO día complicado en este Tour de Francia. Y ya van muchos. Parecía que al haberse superado ya la primera semana de carrera podíamos ir olvidándonos de las características caídas y que las jornadas iban a ganar en tranquilidad, pero queda claro que no ha sido así. Este va a ser un Tour por eliminación, lo tengo cada día más claro. El plante de los ciclistas hay que entenderlo. En ese momento supongo que la gente del pelotón estaba muy pero que muy quemada por lo ocurrido; no hay que darle más vuelta.

Lo que sí que ha sido mucho más grave es el lamentable episodio que hemos tenido que observar cuando el coche de la televisión francesa ha arrollado a Flecha y Hoogerland. No sé en que iba pensando el conductor, pero cuando ha tenido que elegir entre chocar contra un tronco de árbol o irse contra los ciclistas ha optado por lo segundo. Estas cosas no se pueden tolerar, mucho menos en la carrera más importante.

¿Qué esta ocurriendo en este Tour? Lo de siempre. En estas primeras jornadas todo el mundo quiere ir delante, por lo que no duda en meter rueda hasta el límite con el objetivo de defender o ganar una posición. Yo siempre he dicho que esta es la carrera con mayor índice de estrés de todo el calendario. Además, el pavimento estaba hoy mojado y las carreteras del Macizo Central no son tan rugosas como en otros parajes franceses. Sea como sea, hemos vuelto a ver muchísimos ciclistas cayéndose como si de fichas de dominó se trataran. En esta prueba siempre ha habido numerosas caídas durante las primeras jornadas, quizás este año estén llamando más la atención porque entre los damnificados está habiendo mucho gallo, mucho aspirante a luchas por los puestos nobles de la clasificación general.

En lo meramente deportivo, hemos presenciado una etapa de transición. Voeckler, a tope como en aquella edición de 2004 en la que estuvo más de una semana de líder, se ha llevado el amarillo y Luis León Sánchez la etapa. Ya lleva tres. Esta se la merecía.