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Jaizkibel redobla su magia

los aficionados vibraron en las dos subidas que realizó el pelotón al monte Muchos acudieron hasta cuatro horas antes para escoger el mejor de los sitios

Jaizkibel redobla su magia

Jaizkibel. El de ayer fue un día especial para el monte Jaizkibel, que por primera vez vio cómo los mejores ciclistas del momento subían, no una, sino dos veces las duras cuestas de un lugar que siempre resultó clave en el desarrollo de la Clásica de San Sebastián.

Nadie quería perderse un acontecimiento que sólo pasa una vez al año y, bien en coche, en bici, caravana o incluso andando, los aficionados comenzaron a acercarse a Jaizkibel, a fin de lograr un lugar cómodo donde asentarse.

Uno de los primeros grupos en tomar posición con su caravana fue la familia Picabea de El Antiguo (Donostia), experta en esta prueba, puesto que no falta a la cita desde hace tres lustros: "Nos encanta el ciclismo. Jaizkibel es un monte histórico y con el día que hace hemos venido a animar a Euskaltel".

Los Picabea tampoco dudan en señalar el ambiente como uno de los aspectos más agradables de la jornada. "Juntarte con toda la gente es extraordinario. Todos los que se acercan aquí viven el ciclismo a tope y a nada que saques una copita de sidra se te paran".

Asimismo, animan a los aficionados a no dejar de asistir a acontecimientos como el de ayer. "Estamos notando un bajón por parte de la gente, quizás por el tema del doping, pero lo que pedimos es una cosa: ¡que vuelvan las Seis Horas de Euskadi!".

A pocos metros de los Picabea, se podía observar a otra familia formada por un matrimonio con su hijo descargando las bicicletas de la baca del coche. "Vamos a subir el monte hasta el merendero. Haremos una etapa, machacaremos un poco el cuerpo y subiremos al alto".

Al igual que en el caso anterior, no dudan ni un segundo en señalar la importancia de Jaizkibel y su favorito: "Hoy habrá más espectáculo, ya que cuando subían el monte una vez se nos hacía corto. ¿Que quién ganará? ¡Samuel Sánchez, hombre! Nos parece un lujo que haya venido, junto a otros corredores como Schleck", concluyen, aunque el luxemburgués no llegó a subir la mítica subida.

la cuadrilla de itsasgain A medida que prosigue la ascensión, el olor a chorizo y guindilla se hace más intenso. Un grupo de veteranos nos ofrece un pintxo y un poco de sidra, mientras nos relatan sus aventuras en la Clásica de San Sebastián. "Desde hace muchísimos años venimos a la carrera. Primero solemos parar en Jaizkibel, donde nos tomamos el hamaiketako con un poco de sidra y luego nos vamos directos a la meta".

Iñaki Zapiain, uno de los integrantes de esta cuadrilla, destaca lo fanáticos que son al ciclismo. "Hemos estado también en el Tour. Nos gusta mucho este deporte y apoyamos a todos los corredores en general", aunque de fondo se oye medio en broma el nombre de Marco Pinotti. Además, alguno de los que está aquí fue en su día txirrindulari", destaca Zapiain. Las risas son constantes en esta peculiar cuadrilla, que destaca también el ambiente que se vive en la prueba. "Nos gusta todo en general, el ambiente, el paisaje...", cuando desde el grupo se escucha "¡y el ambiente que montamos nosotros!".

Tampoco quisieron perder la oportunidad de valorar la doble ascensión a Jaizkibel. "Le da mucho interés porque puede ser aún más determinante, pero también hay un inconveniente porque parte de Gipuzkoa desaparece de la carrera, como por ejemplo Oñati. Pienso que esta carrera no es sólo de San Sebastián sino de todo Gipuzkoa", concluye Zapiain.

de veteranos a novatos No todos los que asistieron ayer a Jaizkibel lo habían hecho en ocasiones anteriores. David, por ejemplo, y un poco animado por sus amigos, relataba que era la primera vez que veía la prueba desde el monte. "Sí, como estaba con la pata txunga me he animado esta vez, aunque hay dos de mis amigos que ya estuvieron aquí el año pasado", apuntó David.

El perfecto día de sol fue otro de los aspectos que le llevó a decidirse. "El año pasado, a los que estuvimos nos llovió mucho, y hoy con el día que hace había que aprovecharlo. Hemos llegado hacia las doce, comeremos aquí arriba y cuando pasen los corredores escucharemos la llegada a meta por la radio", afirmó Daniel.

Quien también probó la experiencia de ver de cerca a sus ídolos fue la familia Matxinandiarena, a quienes les sorprendimos leyendo NOTICIAS DE GIPUZKOA. "Hemos venido a disfrutar de la carrera, porque nos gusta el ciclismo y este año hemos venido a probar a Jaizkibel, ahora que el día acompaña".

Tumbados sobre unas hamacas y con sombrillas a los lados, demostraron ser una de las familias que mejor iba equipada. "Hemos subido hasta arriba primero para ver qué zonas había y después nos hemos decidido por este lugar. Tenemos intención de ver las dos pasadas y hasta nos hemos traído una televisión pequeña para ver la parte final".

Pese a que en el resto de grupos la mayoría se decantó por Samuel Sánchez, los Matxinandiarena no acordaban el nombre del ganador, puesto que uno apostaba por Purito o Gilbert, mientras que otros por Cunego o el propio Samuel. "Lo que pensamos que pasará es que habrá una selección de unos veinte que pueden ganar. Aquí en Jaizkibel se hará un grupo, pero donde se puede decidir la cosa es en Arkale", concluyeron.

Lo cierto es que muchos de estos aficionados que se acercaron a Jaizkibel adivinaron el apellido del ganador, pero no el nombre, puesto que fue finalmente Luis León Sánchez, y no Samuel, la esperanza para muchos, quien se impuso en la recta final de una Clásica que ha marcado un antes y un después en el recorrido de la prueba y que en los próximos años, a buen seguro, Jaizkibel continuará atrayendo a muchos de los amantes de este deporte.