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Dos meses de cárcel a Riccò

no deberá ingresar en prisión pese a la sentencia de la justicia gala por su positivo en el Tour 2008

donostia. Riccardo Riccò abandonó el Tour de Francia de 2008 en un vehículo de la Gendarmería, que lo detuvo minutos antes de la salida de la duodécima etapa de la prueba, tras haber dado positivo con CERA en la cuarta etapa. Antes de su tumultuoso adiós, la Cobra había dado dos dentelladas triunfales en Super Besse y en Bagnères de Bigorre, donde el mundo entero lo comparó con su ídolo Marco Pantani por su recital en el Aspin. Su positivo lo bajó de su pedestal y su equipo, el Saunier Duval, abandonó en bloque aquel Tour y después expulsó tanto a Riccò como a Leonardo Piepoli, quien también admitió haberse dopado.

La Cobra purgó su veneno con una sanción de 20 meses -la pena fue reducida en cuatro meses por colaborar con la justicia-, y el pasado marzo reapareció con el Flaminia. Rehabilitado hasta que, ayer, la Justicia francesa lo condenó a dos meses de cárcel exentos de cumplimiento y a 3.000 euros de multa por dopaje.

Es lo que tiene la Justicia: además de lenta, a menudo es oportunista. A cuatro días del inicio del próximo Tour, el Tribunal Correccional de Foix, dictó sentencia contra el ex ciclista del Saunier Duval.

Los magistrados de Foix rechazaron la petición de la defensa, que solicitó el sobreseimiento del caso argumentando que su cliente, de 26 años, ya había sido condenado por un tribunal italiano en febrero de 2010 a pagar 5.710 euros de multa.

Riccò reaparició tras su sanción en la Settimana Coppi-Bartali, en la que fue quinto. Poco después ganó dos etapas y fue segundo en la general final de la Semana Lombarda y se anotó otra etapa del Giro del Trentino. Su calidad perdura.