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"Nos vemos en julio"

Durante cuatro días, Alberto Contador ha supervisado las etapas pirenaicas del Tour, y coincidió con Andy Schleck en el Tourmalet.

MIENTRAS el mundo ciclista digería la esperada sanción a Alejandro Valverde, unos con sonrisas, otros apretando la mandíbula, Alberto Contador reconocía el lunes el Tourmalet, que el próximo Tour de Francia visitará por cada una de sus dos vertientes. Precisamente ahí, en su cresta, se topó con su mayor rival la pasada temporada, Andy Schleck, al que acompañaba su hermano Frank. El pinteño subió desde Campan, tras coronar antes el Aspin, un trazado que se cubrirá al inicio de la decimosexta etapa, con final en Pau. Los luxemburgueses escalaron la cara opuesta, desde Luz-St. Sauver, tras subir previamente el Soulor, en lo que será el final de la decimoséptima etapa, un día después de la jornada de reposo en Pau, que arribará precisamente en el Tourmalet, el col pirenaico más transitado por la Grande Boucle, con 74 ascensiones desde que Octave Lapize lo coronó por primera vez en 1910. Contador y los Schleck mantienen una buena amistad, aunque la despedida, entre bromas, fue una clara declaración de intenciones: "Nos vemos aquí en julio".

Alberto y Andy, que coincidieron por última vez en la Lieja-Bastoña-Lieja, no se verán las caras antes del inicio del Tour, el 3 de julio en Rotterdam, ya que el madrileño disputará desde el domingo el Dauphiné Libéré y los hermanos Schleck, junto a Fabian Cancellara, estarán a partir del próximo día 12 en la Vuelta a Suiza, que también correrá Lance Armstrong. El tejano, sin embargo, afronta desde hoy la Vuelta a Luxemburgo para mejorar su estado de forma tras su prematura retirada por caída en la Vuelta a California.

Más importantes que los Alpes

"Los Pirineos decidirán el Tour"

Durante cuatro días, Alberto Contador ha visionado las etapas pirenaicas del próximo Tour. Lo ha hecho acompañado por siete compañeros -Fofonov, Tiralongo, Noval, Navarro, De la Fuente, Jesús Hernández y Pereiro- incluidos en la preselección del Astana para la ronda gala. Añadiendo a Vinokourov, no diferirá mucho del nueve de la escuadra kazaja. Los Alpes los examinará tras el Dauphiné Libéré, aunque asegura que "los Pirineos van a ser los jueces de la carrera", que considera "más dura que la de 2009".

El único col que no ha podido supervisar es el Aubisque, aunque lo recordará de 2007, el primer Tour que ganó, cuando fue tercero en su cima a 35 segundos de Michael Rasmussen. Al día siguiente, al danés no le dejaron salir siendo líder. "Las cuatro etapas de Pirineos ofrecen bastantes posibilidades. La primera tiene el final den Ax 3 Domaines tras subir un puerto exigente, Pailhères". Al día siguiente, se subirá "un puerto muy duro al final, Bales", desde donde restarán "veinte kilómetros de descenso" hasta la meta en Bagneres-de-Luchon. La tercera jornada visitará Peyresourd -de salida, en frío-, Aspin, Tourmalet y Aubisque, que "pueden cascar mucho a la gente aunque la meta esté lejos". Tras el día de descanso, "el plato fuerte" será el final "en el Tourmalet, última oportunidad para los escaladores, aunque probablemente la general estará ya bastante clarificada".

A un mes del inicio del Tour, lleva su puesta a punto "como quería". Tras las clásicas de las Ardenas, "paré mucho, unos diez días sin bicicleta, y al principio me costó arrancar". El Dauphiné lo afrontará "sin presión, buscando la puesta a punto, porque la preparación va perfecta".