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Cree el ladrón que…

Desde el 11-M hasta la dana, pasando por el cribado de mamografías, la derecha que representa ha hecho de la manipulación una herramienta política esencial para mantener o lograr el poder

Cree el ladrón que…EP

Miguel Ángel Rodríguez, jefe del Gabinete de la presidenta de la Comunidad de Madrid, mano derecha de Ayuso, ha tenido que reconocer ante un juez que mintió deliberadamente al acusar al fiscal general del Estado de recibir “órdenes de arriba” para atacar a su jefa retirando el pacto alcanzado entre el novio de Ayuso e inspección de Hacienda. Esta defensa es grotesca; y, sin rubor, la argumentó así: “Llevo muchos años en este ámbito y puedo intuir, colegir, adivinar qué está pasando en el mundo político, sobre todo con un órgano tan respetable como el ministerio fiscal, que está jerarquizado y colegiado”.

Será, claro, por el profundo conocimiento que tiene de los ámbitos políticos que ha frecuentado toda su vida: esos en los que el cinismo y el trapicheo mafioso son norma, y donde la mentira no solo es tolerada, sino elevada a virtud estratégica. Desde el 11-M hasta la dana, pasando por el cribado de mamografías, la derecha que representa ha hecho de la manipulación una herramienta política esencial para mantener o lograr el poder. Lo de Rodríguez no es intuición, es mentir. Y su declaración ante el juez no es más que la confesión sin pudor de una forma de hacer política basada en la impunidad, el abuso de poder y el más profundo desprecio a los ciudadanos.

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Aunque, bien mirado, quizá no tenga tanta culpa. Tal vez simplemente ignora que existen otros mundos –lejanos del suyo– donde rigen la ética, el rigor y la responsabilidad pública.

Porque, como bien dice el refrán: cree el ladrón que todos son de su condición.