Desde el 31 de enero de 2024, frente al polideportivo Benta Berri, contamos con una pista de calistenia al aire libre que costó 200.000 euros y que está pensada para el ejercicio de jóvenes y adultos. Entre sus elementos hay unos llamados TRX, diseñados para ejercicios en suspensión controlados, que requieren sostenerse de las asas con las manos o, en algunos ejercicios específicos, apoyar los pies siguiendo la técnica adecuada. 

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Sin embargo, es muy frecuente ver a niños encaramarse al TRX introduciendo sus piernas en las anillas y balanceándose como si fueran columpios, mientras los padres miran o incluso fomentan la práctica. 

Cartel sobre el parque de calistenia en Benta Berri Marina Ramos

Todo ello pese a que un cartel advierte claramente que Esta NO es una zona infantil de juegos. Este es un espacio deportivo diseñado para la práctica de calistenia. Esto constituye un uso inadecuado y peligroso, pues un TRX mal empleado puede abrirse, provocar caídas y causar lesiones graves.

Este comportamiento pone en peligro a los menores y demuestra la falta de responsabilidad y de civismo de quienes deberían protegerlos: sus padres. 

No es raro que, mientras un usuario hace ejercicio, tenga que presenciar cómo un adulto columpia a su hijo sobre el TRX. ¿Debe ser otro usuario quien advierta del peligro o corrija el uso inadecuado del aparato, exponiéndose a una posible disputa con los que deberían velar por la seguridad de sus hijos?

Sería recomendable que las autoridades locales se diesen un paseo por la zona y recordaran a los padres la finalidad de estas instalaciones, garantizando que todos (especialmente, los más pequeños) podamos disfrutar de los espacios públicos con seguridad. 

Y a esos padres que ignoran las normas y ponen a sus hijos en peligro: recuerden que su negligencia no solo arriesga a sus hijos, sino que habla por ustedes mucho más de lo que creen.