Son muchos los trabajadores con edades cercanas a la jubilación que se plantean comprar audífonos, que tanto necesitan, al percibir el aislamiento social a causa de la pérdida auditiva que padecen tras trabajar durante años expuestos a ruidos superiores a 80 decibelios. Realmente, me cabreo cuando compran los audífonos, sin reclamar dicha prótesis a la Mutua correspondiente.
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En la gran mayoría de los casos, la pérdida auditiva de quien se plantea comprar audífonos deriva del ruido al que han estado expuestos durante su trabajo. Pérdida que, habiendo sido detectada por el médico del servicio de prevención en el reconocimiento médico anual, optó por callar, ignorando la lesión y cometer un fraude preventivo, al incumplir el artículo 5 del Real Decreto 1299/2006, que les obliga a comunicar sospecha. Tras comunicar, es probable que sea reconocida por el INSS como enfermedad profesional, obligando a las mutuas a indemnizar a la persona afectada, según baremo, con cantidades que oscilan entre los 1.450 y los 4.289 euros. En el supuesto de que la pérdida auditiva afecte la frecuencia conversacional, además de la indemnización puedes reclamar la dotación de audífonos gratuitos, como prótesis tras reconocimiento de la enfermedad profesional. Siempre y cuando realices los trámites, mientras estás en activo, es decir, antes de jubilarte.
Mutuas
Quienes venden audífonos lo saben. Si la lesión se reconoce como enfermedad profesional, la dotación de audífonos corresponde a las mutuas. Por ello prefieren callar, garantizando sus ventas. La dirección de Osalan también conoce el fraude e incumplimiento de las Unidades Sanitarias de los Servicios de Prevención, con las hipoacusias y otras enfermedades de origen laboral, pero prefieren callar, salvo denuncia, evitando que aumente la estadística de las enfermedades profesionales, como ocurrió a principios de este siglo tras la campaña de CCOO Euskadi, secundada por otras organizaciones, orientada a la visualización y compensación del daño producido por el ruido. No me cabe la menor duda de que si las mutuas se ven obligadas a pagar cuantiosas indemnizaciones por las pérdidas auditivas, presionarán a las empresas asociadas para que adopten medidas preventivas que minimicen el ruido.
Aunque algunos traten de ignorar el riesgo y los daños causados por la exposición a ruidos superiores a 80 dB(A), continúa siendo una realidad en los diferentes sectores, generando daños auditivos, sobre todo, porque las empresas han olvidado que la prevención debe ir más allá de la utilización permanente de protección individual.
Para terminar, si estás afectado con pérdida auditiva, exige al médico, tras él reconocimiento anual, que comunique “sospecha a Osalan”. Si necesitas audífonos, no esperes a jubilarte, puedes perder derechos.