Edredón

En los tiempos que corren, de monstruos campando a su aire por la calle, reventando casas, ancianos, niños, mujeres y padres de familia, animales y flores, en nombre de su Dios Yahvé o Heová, Netanyahu y sus ministros y generales no quieren parar la guerra, por miedo a ir a la cárcel para siempre o que los maten en cualquier lugar del planeta que se encuentren. Por eso y poco más sigue el monstruo en la calle, rugiendo, matando con fuego americano; es por esto que el edredón sirve de refugio en las noches tristes, tristes de tristura macabra, pensando en mi niña en brazos, muerta y destrozada. La locura y el desamparo, el odio y la chulería campan a su aire. Edredón dulce edredón, que puedo disfrutar, cuando mis hermanos de sangre y vida mueren ateridos de frío y hambre bajo el cielo de todos.