Diálogo de tú a tú

Igual te parecerá un escrito sin fuste ni fundamento. Un sinsorgo literario. Los días pasan rápido. Ya estamos casi en verano. Y a veces la prisa nos impide saborear los paisajes que encontramos en el camino: la playa, las nubes, el parque, los árboles, el cielo… los días pasan con demasiada rapidez. Y se nos escapan gestos hermosos de la gente con la que estamos. O de la gente que no conocemos y que tienen detalles de generosidad, de amistad, de agradecimiento… El regalo de la familia es muy importante. Hay que valorarlo, cuidarlo y disfrutarlo. El paso de peatones junto a mi casa es un buen termómetro de la educación de los vecinos. Hoy me he puesto a observarlo. Casi la totalidad de los coches paran tranquilamente cada vez que un peatón intenta pasar. Y la mayoría de los viandantes hacen un gesto de gratitud a los conductores. Y sin embargo hay quien mira con amargura el “paisaje” que encontramos cada día. Aún y todo es importante abrir las ventanas y el corazón para descubrir que hay mucho de bueno en el mundo. Lo que pasa es que, con nuestras prisas, a veces no nos damos cuenta. Necesitamos más contacto personal. Sentir y ser grupo. Eso es lo que hacen bastantes jubilados en sus Asociaciones de la Tercera Edad: encontrarse, divertirse, formarse, explayarse, viajar colectivamente… Ahora que la vida nos va cambiando es importante el diálogo de tú a tú. Un café relajado facilita el diálogo, sin apuros, ayuda a conocer mejor al otro o a organizarnos, a programar, a reír, a recordar…