“Iñaki, el de Hugo Boss”

El pasado 8 de junio se marchó una gran persona. Un personaje –en el buen sentido de la palabra– al que muchos conocían como “Iñaki, el de Hugo Boss” y otros tantos como Txebi –así era su nickname en redes sociales–. A Iñaki le gustaban mucho la moda y las relaciones sociales. Se divertía como nadie en cualquier sarao que se celebrase en su querida Donostia. Era un disfrutón. Durante mucho tiempo, uno sabía que podía encontrarle en la calle San Marcial —entre La Espiga y el SanSSe— o cenando en el Antonio de la calle Bergara. Era un tipo con don de gentes que recibía a cualquiera con los brazos abiertos. El que escribe brindó y rio en múltiples ocasiones con él y podría compartir con ustedes cantidad de anécdotas del personaje que la gran mayoría conoció. No obstante, hoy quiero hablar de la persona. Iñaki era amable y generoso. Al poco de conocernos, me escuchó e integró en su grupo de amigos más íntimo. Siempre le estaré eternamente agradecido. Iñaki era un hombre familiar al que le gustaba cuidar de los suyos. Recuerdo la sonrisa que se le escapaba al hablar de su sobrino Álvaro y cuánto se esmeraba en preservar su inocencia. Iñaki amaba de verdad y sin condiciones. Siempre he admirado el vínculo que forjó y mantenía a partes iguales con su eterno compañero Ignacio. Iñaki aprendió siempre, no tuvo miedo a desaprender y recordó lo anterior cuando fue necesario. El cuerpo de Iñaki ya no está, pero su alma se queda en el lugar reservado para las almas bonitas. Se queda en el presente de las personas que le conocimos.