Hubo un tiempo, no muy lejano, en el que la Real Sociedad competía para mantener la categoría en Primera División, y era una suerte el año en que por cosas bien hechas se llegaba a jugar en el viejo continente. Años, no muy lejanos, en los que incluso tuvo que pasar un par de temporadas por las cálidas jornadas de Segunda, y ya no hablemos de la Copa, donde equipos de dos y tres categorías inferiores hacían que un equipo profesional pareciera uno de juveniles (con toda mi admiración a todas y todos los jugadores de esa categoría). 

El miércoles en octavos de la máxima competición europea, la Real, nuestra Real, compitió y dio semejante espectáculo de fútbol durante los primeros 45 minutos, desdibujando a un equipo plagado de dinero y estrellas que no pudo con la presión insistente del equipo txuri-urdin y que fue durante gran parte de ese comienzo casi incapaz de generar ocasiones, salvando las majestuosidades de alguna estrella. 

Pero he aquí que cuando acaba el partido, salta el entrenador de tribuna y tenemos que leer comentarios, críticas e incluso desprecios por cómo ha jugado Pepito, porque no ha cambiado antes a Menganito o porque Andresito no podía haber metido tres goles. ¡Qué fácil es hablar desde la tribuna! El fútbol es un deporte en el que debes conseguir que una pelota esférica cruce tres palos con un tío que entrena siete días a la semana para impedirlo. Ayer no hubo suerte y la pelota no quiso entrar. No porque la Real no lo intentara sino porque hay días que no quiere. Y, por desgracia, todos somos humanos y dos errores puntuales acabaron con un resultado negativo. 

Pero es ahora cuando se debe poner en valor lo que esta Real Sociedad está consiguiendo. Es ahora cuando debemos recordar de dónde venimos, de los fríos y lluviosos días en un Anoeta con 18.000 espectadores y pistas de atletismo, pero con una ilusión por intentar entrar en Europa aunque nos eliminaran en la primera fase. Ahora, como llevamos cinco años de mieles y glorias, nos olvidamos que no tenemos los petrodólares para tener dos equipos de élite. Que somos un equipo que hace debutar a chavales de 18, 19, 20 años en competición europea porque es nuestra filosofía. 

Sentarse en un banquillo no es tan fácil como ver un partido desde mi asiento con mi paquete de pipas mientras alguno suelta alguna palabra malsonante al colegiado. Mis felicitaciones al equipo, jugadores, staff técnico, dirección deportiva y junta de la Real Sociedad por demostrarnos desde hace tiempo que somos grandes. Hoy más que ayer y menos que mañana, Gora Erreala! 

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