El socialismo cañí proclama su historial de honradez como distintivo del PP y partidos que tocan poder. Eneko Andueza se atreve a publicitar las genialidades que le escriben sus asesores y lo mismo ridiculiza al PNV que es quien los mantiene vivos en las instituciones. Su trayectoria va de victoria en victoria hasta el fracaso total. Piensa que tiene barra libre porque en Madrid está su primo Zumosol que le soluciona los marrones. Es un sentimental, pues en el funeral de Ares lloró amargamente. Sánchez no ha pedido perdón por el GAL porque dice que fue un invento de Felipe González. Esa maldición perseguirá al PSOE y tendrá que soportar eternamente el reproche popular.

Tiene condenados a la cárcel a dos expresidentes de la Junta de Andalucía por los ERE y trata de librarles con el cuento de la enfermedad. Promete la derogación de la ley mordaza y de la Reforma Laboral del PP. Efectivamente: ha arruinado el gobierno de coalición con Podemos perdiendo las municipales porque solo ha hecho ajustes con argumentos pensando que sus socios son insignificante y echa a Irene Montero que es quien ha movilizado la opinión pública, aunque el PSOE no ha tenido inconveniente en aceptar los votos del PP para liquidar Podemos y agradar a los poderes fácticos. Es inaudito que a pesar de compartir con el PP la corrupción como partidos que se han turnado en el gobierno y se acusan de corruptos, cuando ambos transitan con naturalidad por las cloacas. El PSOE históricamente está envuelto en múltiples, su última hazaña ha sido nombrar teniente general de la GC a Arturo Espejo, el responsable de la muerte de Mikel Zabalza. Cada vez que trata de defender la inocencia, en cada argumento surge una nueva causa de corrupción.