Somos una pareja de casi 80 años (79 y 78 años, exactamente) y el domingo 14 de mayo sufrimos una actuación negativa por parte de una agente de la Guardia Municipal (agente 2250). Necesitábamos forzosamente estar a las siete de la tarde en el centro de Donostia y vivimos cerca de la UPV/EHU.
Después de comprobar los recorridos de Dbus y sus paradas, salimos de casa poco después de la seis de la tarde para ir a la parada en la calle Resurrección Mª de Azcue, junto a la plaza de Sert, y en el paso de peatones de Magisterio una agente no dejaba atravesar la Avenida de Tolosa. Después de explicarle y justificar la necesidad de cruzar seguía en el no, cuando realmente la vía estaba totalmente vacía desde Ondarreta y en otros pasos más próximos a ella había peatones cruzando.
Basándome en ello, me dispuse a cruzar seguida de mi marido y, cuando llegaba a la mitad, vino corriendo la agente agarrándonos violentamente del brazo (a mi marido le hizo daño), llevándonos de nuevo a la acera, donde nos pidió nuestro DNI y nos avisó de una denuncia por desacato a la autoridad. Su trato violento, autoritario y falto de empatía es totalmente imperdonable en una agente de la autoridad. En lugar de ayudarnos y pedirnos de buenas formas que esperásemos, recurrió a la violencia y autoritarismo.
En el Antiguo estamos acostumbrados al paso de muchas carreras y en ningún caso a actuaciones similares. No somos jóvenes, sino lo contrario, y nunca habíamos sufrido un trato semejante. Esperamos que sirva para que a los agentes les den cursillos de calidad personal y aprendan a tratar a las personas como se merecen. Y, por otro lado, como vamos a tener otras dos carreras ciclistas, hay que informar a los ciudadanos de estas actuaciones.
