Son muchas las implicaciones de la agresión cometida recientemente por un actor norteamericano. Y va a traer más consecuencias de las que imaginamos. Impunidad al agredir. No importa que haya millones de testigos y miles de grabaciones. No se castiga al agresor, se le entrega un premio y celebra su triunfo en una fiesta. Pero esto no es lo peor de todo. Machismo absoluto. Una mujer se siente ofendida por una broma, pero ella no agrede. Es su marido, que ni siquiera la consulta antes de agredir. No he escuchado críticas a este acto por ningún colectivo feminista. Pero esto tampoco es lo peor. No se pueden gastar bromas, de enfermos, colectivos marginales, inmigrantes, determinadas etnias, mujeres, disminuidos físicos o psíquicos... porque se sienten ofendidos. Entonces, ¿de que se pueden gastar bromas? ¿No nos podemos reír de nada? El humor es un aspecto fundamental, que nos diferencia de los animales y nos ayuda a soportar situaciones inasumibles sin él. Una carcajada puede hacer llevadero el peor de los días. Por desgracia, cada vez encuentro más personas que no tienen sentido del humor. Lo perdieron, junto con su humanidad. Y esto sí es lo peor de todo.