Cuando las campanas van repicando y se percibe que pronto será Navidad, nuestra alegría se va afianzando haciendo que superemos la adversidad. Las luces juegan un papel muy importante, iluminamos nuestras calles y plazas, en nuestra casa hay un árbol resplandeciente, donde esperaremos los regalos con confianza. Son fechas donde más recordamos, donde nos damos el parabien unos a otros, donde las almas que saben amar piensan en los demás más que en sí mismas. Este año tan triste que pronto se irá, y que de tantas fiestas nos ha privado, no puede evitarnos celebrar Navidad, donde haremos promesa para olvidarlo. Hemos de cantar con más fuerza que nunca, persuadir al que lo haga mal de que guarde silencio, ya que si desafina puede haber una trifulca, y agriarnos una noche tan agradable. Despidamos a este año con optimismo, no lo juzguemos mal por haber sido bisiesto, confiemos en que el próximo no será lo mismo, pues la vacuna habrá resuelto la pandemia.