Clanes corruptos
Aunque es un ejercicio repetitivo, los clanes corruptos y mafiosos que gobiernan los destinos de España, siguen saqueando los dineros de la arcas públicas para repartirlo entre sus acólitos. En medio de la enorme fetidez que causan unos hechos con los que nos despertamos cada día, el Gobierno del estado como un ejercicio de firmeza democrática ante los nacionalistas periféricos en este caso los catalanes, y evitando reconocer de una vez un enfrentamiento político enquistado, nos vuelve a mostrar su nula capacidad negociadora, amenazando con perseguir con la Guardia Civil y los ejércitos de la tierra mar y aire, y auditar cada día los gastos derivados por la organización de un referéndum aprobado por la mayoría de las fuerzas políticas y ciudadanas de aquel pueblo hacendoso.
En el improbable caso de que estas amenazas se hagan realidad, ni España con el poderío de sus ejércitos, tribunales especiales, ni nadie, va a conseguir acallar la fuerza de un pueblo unido, que exige en paz y libertad ejercer un derecho de buscar su propio camino.
Desde la sana envidia que siento por el proceso catalán, y aunque es imprevisible la reacción de un estado autoritario herido en su orgullo, que se niega a reconocer la existencia de otras naciones con identidad en la piel de toro, aplaudo la coherencia de los dirigentes políticos catalanes, y aprovecho para instarles a que no retrocedan en su empeño, que en la Europa moderna, una petición respaldada por la mayoría de la ciudadanía y por las fuerzas políticas de un país como Cataluña, no podría ser silenciada con encarcelamientos y amenazas de las armas.