Por mucho que determinados medios lo repitan una y otra vez, ni hay que ser extremista ni mucho menos amigo de terroristas para concluir lo que el más elemental sentido común proclama a la vista de las peticiones de cárcel por el altercado ocurrido en Altsasu. Es una barbaridad.
Barbaridad que no solo contradice a los propios informes del instituto armado y de la Audiencia Provincial, sino que mediante una interpretación interesada construye un relato en el que se utilizan conceptos como el de “entorno de ETA” que sin probar nada vale para todo.
Por no hablar de la desproporcionalidad entre el delito y las penas solicitadas, un auténtico despropósito que llega a pedir más de 50 años de cárcel por una pelea de taberna con un tobillo roto como máxima lesión...
¿Pero es que nos hemos vuelto todos locos? ¿Estas son las garantías que ofrece un Estado de derecho?