Cristiano: se dice de la persona que cree, profesa o es adepto a la fe de Cristo que se ha dividido en el catolicismo y el protestantismo. Ser cristiano supone un acto de amor, más alla de la tolerancia que sería más pasiva, este acto de misericordia activa genera un motor diésel de fraternidad y comunidad, por encima de los conceptos espacio-tiempo...

Ser cristiano implica reconocer los errores cometidos, ayudando a la victima y no flagelando al ejecutor. A menudo se palpa, se canta, el ateismo o agnosticismo, es una realidad, la cual debe respetarse, si bien es cierto que existen muchos elementos indicativos de una sociedad religiosa , (cuando se venera a un politico, cantante...), de otra forma al unirnos en las desgracias, improvisando pequeños alteres por nefandos crimenes. La importancia de ser cristiano no radica en un ser cristiano, sino más propiamente en su vida cristiana, en su hacer diario, su colaboración con el desprotegido, con su familia y con aquellos a los que deberíamos querer más. Albert Einstein decía “la vida de un hombre sin religión no tiene sentido; y no solo lo convierte en un desdichado, sino en un ser incapaz de vivir.