Donostia continúa padeciendo una progresiva deforestación urbana puesto que, a la tala continuada de los últimos años, se une ahora la nula tasa de reposición de los árboles talados. Así, el paseo de Bizkaia presenta un aspecto desolador al faltar al menos una cincuentena de árboles talados arbitrariamente los últimos años. En Gros directamente se han cementado los alcorques, lo que da idea de la nula intención municipal de plantar nuevos retoños. Los últimos en caer han sido tres hermosos tilos del parque Menchu Gal, que datan de muchos años antes de que el actual responsable de jardines hubiera nacido. Creo hablar por la mayoría de los donostiarras si digo que queremos árboles que nos den sombra durante nuestros paseos, señor alcalde, ¿usted prefiere tostarse rodeado de cemento?