Una gran parte del tiempo que emplean nuestros políticos, se les va entre Congresos y lo que denominan Primarias, y es cuando la opinión pública utiliza más, lo que conocemos por frases hechas. Es decir, cuando por ejemplo un político critica a otro, decimos: le ha puesto a caer de un burro. Cuando un político carece de una visión de futuro, decimos: No ve tres en un burro. Si van al Congreso cuando les parece, decimos: brilló por su ausencia. Cuando alguien pasa de un partido a otro, decimos cambio de chaqueta, si bien esta frase no podemos utilizarla, por ejemplo, con el secretario general de podemos, que como es sabido no usa chaqueta, solo cuando va al cine. Cuando nos enteramos del sueldo y dietas de los políticos, decimos: esto es jauja.
Cuando algún rostro poco agraciado, lo vemos con frecuencia en los medios, decimos: más feo que Picio, y curiosamente son pocos lo que conocían a Picio, por lo que no es fácil comparar.
En ocasiones surgen disputas entre los candidatos de un mismo partido, y es cuando decimos: va armarse la marimorena. Cuando algún político se extiende en exceso en su discurso, y dice lo de siempre, decimos: ni chicha ni limoná. Cuando nos prometen el oro y el moro, con argumentos absurdos, decimos: se ha ido por los cerros de Úbeda. Cuando aparecen casos de corrupción, decimos: tirar de la manta, o descubrir el pastel. Cuando estamos temerosos de que un partido extremista pueda ganar, decimos: Nos vamos a quedar a dos velas. Y es en esta frase hecha, donde hemos de poner especial énfasis, porque de ser así, diríamos: apaga y vámonos.