Por sus declaraciones en las que manifiesta su preocupación por la apuesta que el PNV pergueña por España, ¡horror!, y el PP, ¡pavor! Patético porque se retrotrae a un sonsonete que ya hastía por antediluviano, aburrido y, sobre todo, poco práctico, consecuencia de una visión de campanario en toda regla.
En fin, ideas, casi reliquias, viejas en tiempos nuevos. Mala cosa.