A propósito de Susaeta
Reconozco que nunca me ha hecho vibrar la selección española de fútbol incluso en el mundial de España de 1982, con amplia representación realista, o en el 2008 con la consecución del título, y conste que es no es por motivos ideológicos, creo que es algún trauma infantil no superado, porque sin embargo he disfrutado, gozado y sufrido con la de baloncesto y no digamos con la de balonmano, un deporte que, reconozco humildemente, constituye una auténtica religión para mí.
Dicho lo cual, no acabo de entender cómo, después de que el status quo de la selección española se haya normalizado en este País de nuestra glorias y pesares, va y, por una frase de Markel Susaeta, un buen chico, una persona discreta, y un gran jugador en potencia, "representamos a una cosa" salgan a relucir todas las tribus de mezcladeros, perdón "cavernarios hispanos", y le pongan a parir al chaval de Eibar.
Hasta el nunca suficientemente bien ponderado Vicente del Bosque ha tenido que ejercer de abogado defensor de Markel. De auténtico bochorno. De Torrente 5, para entendernos.
En fin, mientras siga vigente por un lado "la unidad de destino en lo universal", y por otro, "las megalomanías euskaras". Esto no hay cristiano que lo arregle.