El colmo en la 'colmena'
El fin de la indeterminación sobre el tema de los residuos en Gipuzkoa asoma sin cambios. No sorprende, pues han manejado el mismo guion y argumentos que el primer día, prevaleciendo lo político sobre lo cívico y ecoestratégico. El año 1986 fue el último año en que el conjunto del planeta fue capaz de (re)generar y asimilar tantos recursos ecológicos como los que consumió y desechó (basuras). Sin embargo, en 1995 tal equilibrio ya no era posible: la biocapacidad generada solo cubrió hasta el 21 de noviembre y en 2010, hasta el 21 de agosto.... O sea que a partir de 1986 vivimos a crédito; el planeta nos presta de sus reservas, con lo cual, entramos en deuda ecológica.
En lo técnico, en los dos planes que se disputan en Gipuzkoa, el residuo final en toneladas que queda es el mismo en ambos. En uno son restos de incinerar en forma de escorias y cenizas y en el otro materia bioestabilizada (inertizar es imposible) y empacada para depositarla en canteras. En lo ecoestratégico, el balance cualitativo de cada plan determina que reduzcamos la deuda y la huella ecológica regalando días de regeneración al planeta o continuemos restando días y reservas, sabiendo que a pesar de que en el universo hay muchas "colmenas" como la nuestra (en la cual por glotonería de unos pocos "zánganos" mueren y pasan hambre millones de "larvas"), ni podemos ir a ellas, ni pueden venir a rescatar nuestra deuda.... prestándonos su "miel".