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Realismo

Acudí hace unos días al Koldo Mitxelena a una charla sobre residuos. Salí con la misma nebulosa de solución, pero con la grata sensación de que ahora se puede hablar de tú a tú con la Diputación. La prioridad que exige este tema no tiene nada que ver con el metro, superpuerto, macroincineradora, estación de autobuses, pasarela, TAV? que pueden esperar años. Ayer, hoy y mañana, irán al vertedero toneladas de materia orgánica fermentable con las repercusiones medioambientales evaluables y sancionables que conlleva. Cuando la UE prohíba con rigor el vertido de materia orgánica sin estabilizar, nos encontraremos con la bolsa de basura en una mano y agitando cada cual su bandera política en la otra, para decir? ¿y ahora qué?

Es prioritario dejar de lado intereses corporativos para poderlo resolver con criterio medioambiental, de economía y ahorro energético, salud y pedagogía de civismo. Si el PIGRUG no se asentaba en ellos, pretender resolverlo siguiendo la bandera de cero waste o zero zabor como tendencia utópica más que como solución real para la fracción rechazo? se hace difícil.

Los pañales de bebés y mayores contienen materia orgánica no compostable y difícilmente estabilizable, por lo cual la UE prohíbe depositarlos en el vertedero. Por mucho que el diputado Alduntzin diga que no pasan del 3% del rechazo, se hace difícilmente solucionable sin incineración, máxime en Gipuzkoa, donde la tendencia a la recogida selectiva crece, y en pocos años los pañales pueden suponer la "mancha negra" de una buena gestión integral, a pesar de intentar el uso masivo de reutilizables? y "pringarnos" en el intento.