Soy una hija de la Caridad de la calle Prim de Donostia y con estas líneas quisiera mostrar mi más sincero agradecimiento a los bomberos, en especial a D. César y a D. Luis, por su exquisito comportamiento de humanidad demostrado al quemarse un transformador en la zona de San Martín, 46, vigilado de continuo, por si podía haber peligro para una enferma a quien en principio pensaron que debían evacuar con las consiguientes molestias, y para lo que al fin no hubo necesidad, pero después de haber subido hasta cinco veces a un 6º A, para ver cómo transcurrían las cosas. No aceptaron siquiera un café. Gracias señores bomberos, gracias a todos. Cuenten con mis más sincero agradecimiento y mis oraciones en su favor y, si en algo puedo servir, mi ayuda también.