San Sebastián fue un ejemplo mundial en el desarrollo de una ciudad. A partir de 1887, gracias al Gran Casino y a la reina María Cristina. Pero antes, con Isabel II, el Ensanche oriental es el primer ejemplo, con la Brecha, la calle Aldamar y el magnífico Paseo de Salamanca.
Hace 100 años se construyó el Paseo Nuevo, bautizado Príncipe de Asturias, maravilla técnica para disfrute de los donostiarras y visitantes. Se encauzó el Urumea para ganar todo el barrio de Amara y sanear todo lo que es el Centro, magnífico Paseo de los Fueros incluido.
El barrio de Gros también se ganó al mar. Hace 30 años se ganó la plaza para el Peine del Viento. Esta ha sido nuestra historia: civilizar la naturaleza para beneficio de todos los donostiarras. Ulia-Mompás debería ser el próximo Ensanche oriental para ampliar la playa o crear un puerto deportivo ¡que en el siglo XXI no tenemos¡, y llevar otro Paseo por lo menos hasta el Mirador de Mompás.
Y la ranita vulgaris donostiarrensis, ¿qué fue de ella? Seguro que siguen viviendo tranquilamennte sin quejarse de todo lo que han visto en San Sebastián. Incluso orgullosas de tanta civilización construida, pero bien.