Como cristiano guipuzcoano de a pie, quiero manifestar mi apoyo a nuestro obispo, Monseñor Munilla, que desde que llegó no ha gozado de un día sano. Y lo peor es que los continuos ataques vienen sobre todo desde quienes más obligación tienen de dar ejemplo y apoyarle: un grupo de sacerdotes.

Pero cualquier excusa es buena para atacar a Munilla. Ahora resulta que la manzana de la discordia está en que se lleva los seminaristas de Vitoria a Pamplona. Bueno, ¿y qué?

Los críticos dicen que la diócesis de Pamplona es "conservadora". Lo malo es que para estos señores, ser conservador es ser fiel al Papa.

Yo para mis hijos no quiero curas que no sean fieles al Papa y no le citen nunca.